viernes, 13 de enero de 2012

VOCES PARA EL SILENCIO. EL SONIDO EN EL CINE.

THE ARTIST, es el título. Debo recomendarte asistir, a una de las salas cinematográficas donde tiene lugar su proyección. Y no resulta fácil, en principio, aconsejarte en este sentido. Una película, que no procede de la cuidada maquinaria industrial de Hollywood. Es muda, en su acústica física. Ofrece toda fotografía en blanco y negro. Y el formato de pantalla corresponde a un, obsoleto en el tiempo, 4:3. Ambientada, con todo lujo de detalles, entre los años 1927 y 1932. Eso sí, luciendo una amplia serie de galardones (como por ejemplo, el premio al mejor actor, en el último Festival de Cannes, 2011). Con esos contrastados ingredientes básicos, soporta una cierta debilidad frente a otras superproducciones que lideran la cartelera de casi todas nuestras ciudades. Y, sin embargo, deseo aportar y compartir algunos elementos (narrativos, técnicos y sentimentales) a fin de que, optar por su visionado, te resulte de lo más interesante y enriquecedor. Especialmente, si eres un buen aficionado a la magia embriagadora del cine. Siempre…. Cine.

Se trata de una película de nacionalidad francesa, estrenada a finales de 2011. Está dirigida por Michel Hazanavicius (París, 1967) que también ejerce como actor y guionista en otros trabajos cinematográficos. Su metraje alcanza los 100 minutos y está interpretada, entre otros buenos actores, por Jean Dujardin (Rueil Mal Maison, 1972) y Berenice Bejo (Buenos Aires, 1976) esposa, en la vida real, del director de la cinta. Pertenece a un género melodramático en el que se exponen, básicamente, vivencias del cine dentro del cine.

¿Cuál es, a grandes rasgos, LA TRAMA ARGUMENTAL que se nos narra?

Año 1927, en Hollywood. George Valentin es una gran estrella del cine mudo. Con grandes dotes interpretativas posee, fuera de la pantalla,un carácter abierto, jovial y dinámico, pleno de simpatía. Pero, tras una serie de experiencias, ese mismo año se estrena la primera cinta con sonido incorporado en el celuloide (The jazz Singer, El cantante de jazz, dirigida por Aland Crosland). Esta técnica revoluciona la propia esencia del cine donde, hasta ese momento, una orquesta acompañaba a la proyección, a fin de enriquecer la imagen ofrecida en pantalla, además de algunos rótulos intercalados para la lectura explicativa del espectador. No todas las estrellas del cine mudo o silente saben, pueden o desean incorporarse a esta nueva dimensión sonora, que hace más real e inteligible lo visionado por el espectador. Ahí surge el gran drama de George (recordamos, en este momento, el patético caso del gran actor Buster Keaton, Kansas 1895-1966) que va quedando relegado al olvido de los espectadores, ante su orgullosa rebeldía para incorporarse a los nuevos tiempos de la técnica. Por el contrario, una joven y bella artista, que actuaba de simple extra en sus películas, Peppy Miller, pasa, desde el anonimato popular, a ocupar el liderato en las luminosas carteleras de los cines. El auge económico, social e interpretativo de Peppy, se va contraponiendo a la decadencia, autodestrucción y ruina de George, en una serie de secuencias, verdaderamente ilustrativas, ambientadas durante los primeros años de la Gran Depresión, iniciada en 1929. Sin embargo, el agradecimiento, la fidelidad, la admiración y el profundo amor que Peppy ha sentido siempre, desde su primer encuentro en los platós, por George, logra salvar y rescatar, para el cine, a una gran estrella que se había eclipsado y nublado, de manera penosa, ante el empuje inexorable de la tecnología aplicada al “séptimo arte”.

Principales VALORES Y ELEMENTOS A DESTACAR.

1. SONIDO Y FOTOGRAFÍA. Como ya se ha comentado, se fidelizan las primeras décadas del cine mudo, sólo con un grato y rítmico fondo musical que, de manera continua, nos acompaña e introduce en las diversas escenas. Evidentemente, la riqueza acústica y conceptual de esta recreación fílmica se halla en la plasticidad de la mímica, desarrollada magistralmente en las miradas, gestos y actitudes corporales, interpretados por los dos principales protagonistas de la historia. Se intercalan, al igual queen los cines de aquella época dorada, breves textos explicativos que, en realidad, se hacen innecesarios ante la perfecta convicción gestual de los actores. Se nos regalan, también, algunos sonidos puntuales de objetos, a fin de hacernos comprender cómo llegarían a los oídos de aquellos espectadores asombrados, a finales de los años veinte, ante la nueva dimensión sonora que estaban viendo nacer para la pantalla. Merece elogiarse la belleza de una fotografía en blanco y negro, con un gradiente en grises, verdaderamente atrayente y sugestivo, para ese cuadrante del 4:3 con que se respetan las medidas visuales habilitadas en el cine de aquellos años. Personalmente, esa fotografía no la cambiaría por el mejor technicolor, especialmente para una película que pretende ser documento fiel de la cronología que representa.

2. INTERPRETACIÓN. Dujardin da vida a George, estrella prestigiosa y carismática de la pantalla. Simpático, enamoradizo, de gran autoestima y autosuficiencia para ese trabajo que es toda su vida. Pero su vida conyugal hace aguas, camino inevitable de la disolución. La prensa ha publicado en primera plana una información en la que él aparece junto a Peppy, bajo el título Who´s that girl? Preguntándose “quién es esa chica” que despierta la cálida mirada del artista, sonriendo amorosamente a una bella joven que trabaja con él en los platós. La recriminación de su elegante y bella esposa es respondida con una infantil interpretación de su marido, que reclama su comprensión o perdón. Esos momentos de euforia profesional, contrastan con la decadencia y el olvido de un público que exige la nueva dimensión acústica, cuando acude a la sala de proyección. El irrefrenable crepúsculo del dios de la pantalla, le lleva a la cruda pobreza (analícense las escenas de la subasta que hacen de sus pertenencias, su diálogo mímico con el dueño de la casa de empeños o la destrucción e incendio que realiza de los rollos de celuloide, con sus películas para los momentos de gloria interpretativa). El contraste interpretativo, para los tiempos de euforia y pobreza, es plenamente convincente. Por su parte la bien parecida B. Bejo, con ese lunar que George le dibuja sobre su labio superior, realiza una buena escenificación acerca de una joven artista que trata de arrancar en el mundo cinematográfico y que, desde un primer momento, siente profunda admiración y respeto por el prestigioso actor. Cuando cambian las cotas de la popularidad, es ella quien sabe ayudar a su gran artista y mecenas, caído en el fango de la indiferencia y la autodestrucción. Con su nuevo status social, sabe recuperar para el cine al que, además de su gran maestro es el gran y verdadero amor en su vida. El rostro de Berenice Bejo me recuerda algunos rasgos faciales de aquella inolvidable y añorada actriz, llamada Natalie Wood (San Francisco, 1938-1981).

3. EL PERRITO DE GEORGE. Hay que dedicar unas afectivas líneas para resaltar la asombrosa actuación de un pequeño animal, con dotes de actor. El mimetismo que realiza, sobre los gestos y actitudes de su amo, tiene un gran mérito. La búsqueda que hace de un policía, para “convencerle” de que su amo está en un grave peligro, merecería que se le otorgara un premio interpretativo. Tiene muchos minutos, junto a Georges, en pantalla. Tiempo que se agradece, pues dota a la narración con ese lustre de nobleza, simpatía y habilidad, impropia en un perrito de tan pequeña anatomía pero con tanta destreza en sus movimientos y posturas ante la cámara. En la vida real, es conocido como UGGIE.

4. AMBIENTACIÓN. Es uno de los aspectos que más han de apreciarse, durante el tempo narrativo de lo visual. Se recrea, con todos lujos de detalles, el Hollywood de una época dorada. Los micrófonos, los aviones, las cámaras fotográficas, la máquina de escribir, los textos explicativos que facilitan la comprensión, la nutrida orquesta acompañando las imágenes de la proyección, los ángulos perdidos del cuadrante 4:3, todo el cuidado atrezo del vestuario, vinculado a esos ya degradados, por la crisis económica, años veinte….. son elementos testimoniales que nos trasladan, con exactitud verosímil, a una determinada época. Aquella que soporta y sustenta la narrativa, social y personal, contada con gran pureza ilustrativa.

5. OTROS VALORES. Como creo ya haber expresado, el espectador no echa en falta la ausencia acústica de las palabras, pues cuenta con la grandeza conceptual y convincente de la mímica y la gesticulación necesaria de los actores. Sería injusto no destacar, también, la buena lectura que realizan de sus personajes, el elegante y paternal mayordomo de George, así como la fuerza profesional y empresarial del productor de los estudiosKinograph, ante los nuevos avances tecnológicos puestos a disposición del cine. Películas de esta categoría, interpretativa y documental, deben ser visionadas por todos los públicos. Pero, de manera especial, por los más jóvenes aficionados, a fin de que aprendan a leer en pantalla un sutil alimento cultural para nutrir su memoria. La transición de una época a otra, junto a los cambios provocados por el avance continuo de la investigación, puesto en ayuda de todos los elementos que conforman el organigrama social, resulta de inestimable utilidad, para estos convulsos tiempos que vivimos. Tiempos para la renovación y el cambio continuo. Pero sin traicionar y olvidar las raíces en que éste se sustenta y fortalece. El orgullo y la intransigencia de lo inamovible han de dar paso a la humildad constructiva de la transformación y la modernización, para un mañana que, inevitablemente, ha de ser diferente. Éste es uno de los principales mensajes que nos trasmite su director. Vayan a ver, a pensar y a disfrutar, esta joya de película. THE ARTIST. A no dudar, que lo van a agradecer.

José L. Casado Toro (viernes 13 enero 2012)

Profesor

http://www.jlcasadot.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario