viernes, 27 de mayo de 2011

UN DOMINGO EN PRIMAVERA, ANTE LAS URNAS.

Cuando este artículo de opinión alcance los puertos hospitalarios de numerosos correos amigos, ya serán por todos conocidos los resultados municipales y autonómicos, que habrán tenido lugar el domingo 22 de mayo de 2011. Estos párrafos se escriben antes de que hayan tenido lugar las elecciones municipales (la número 9, desde el año 1979) y autonómicas (que se llevan a cabo en trece, de los diecisiete, Parlamentos que conforman la estructura descentralizadora). En un alto porcentaje de aciertos, las previsiones de estudios y encuestas previas serán confirmados por los resultados inapelables de las urnas electorales. Parece que sería más lógico conformar este escrito, una vez hecha pública la libre decisión de la ciudadanía. Sin embargo, también posee sus incentivos escribir sobre esta importante temática unos días antes de los recuentos a pie de urna, que se realizarán en este penúltimo domingo de mayo.

Aquí en Andalucía se renuevan, por novena vez desde la llegada de la democracia en la segunda mitad del siglo XX, los Ayuntamientos y las Diputaciones provinciales. Y, de esas nueve oportunidades que se han mencionado, probablemente en ninguna otra haya habido tanta incredulidad, falta de interés y descrédito, focalizada en la clase social que se dedica al quehacer político. Previsiblemente, algo similar ocurrirá dentro de unos meses, cuando le toque el turno a la renovación de las Cortes españolas. En la prensa ha salido publicado que, nada más que en Málaga, hay veintiséis candidatos en las listas electorales imputados por diversos supuestos delitos en el ejercicio público de la política. Y vemos, comprensivamente, que plazas de las más significadas capitales españolas se llenan estos día de personas, correspondientes a toda edad y condición, clamando y denunciando contra la hueca parafernalia bipartidista, protagonizada por las dos grandes siglas que ejercen el dominio electoral en nuestra nación. Llámese Movimiento o Plataforma del quince M, Democracia Real, Indignados…. da igual las siglas que lo presiden, todo ello supone una asociación espontánea, principalmente de origen “on line”, que trata de generar algo de oxígeno purificador contra el mal olor político que despiden unos y otros de los que sí concurren a las listas electorales. De manera especial, en esas dos importantes y voraces siglas que compiten para los comicios y se reparten el poder ejecutivo y administrativo de España. Ciertamente, hay un tercer invitado a esa mesa de los descréditos: la otra voracidad financiera de los consorcios bancarios, con alguna foto y rótulo de un más que conocido personaje, líder en el control egoísta de los capitales. Gurtel o Eres, entre otras lindezas, quedan ahí aparcadas para la conciencia manipuladora de los “trileros” de la política, verdaderos expertos en la tergiversación y mixtificación de los hechos y las realidades. Pero vayamos, a lo que este artículo persigue, en la esencia de su contenido. Hablarles, a pesar de sus patentes sorderas espirituales, morales y éticas, a los que hayan sido ganadores políticos de estos comicios “primaverales”, término aplicado por la estación meteorológica en que van a tener lugar.

A vosotros, a todos aquellos que vais a presidir los Ayuntamientos, en los 101 municipios que constituyen el puzzle geográfico nuestra preciosa provincia mediterránea, los ciudadanos de “a pie” os piden, os exigen, una serie de prioridades que deben presidir y priorizar vuestra gestión administrativa.

Aunque en más de una ocasión lo olvidéis, os debéis a la ciudadanía, aquella masa social que os ha designado con su voto democrático. Los intereses personales, y de partido, deben quedar absolutamente pospuestos en favor al servicio público a que os habéis comprometido (sin que nadie os haya obligado para ello). Será plausible vuestro sacrificio y honradez, para mejorar la gestión pública de vuestras ciudades. Será reprobable todo egoísmo e interés personal que presida vuestra acción en el ejercicio de la política. Sé que a muchos les perecerán utópicas e irreales estas palabras que contienen y atesoran nobles deseos. Pero ¡cuán ocre sería el color de nuestro conciencia, si no tiñéramos, con el color de la utopía, la voluntad de nuestros corazones! Esta es la primera prioridad que, en modo alguno, debéis soslayar.

Efectivamente, hay mucha ciudadanía que no cree en vosotros. Ni en los otros. Tampoco, en aquéllos. Esa confianza, perdida, os la tenéis que trabajar. Os la tenéis que ganar. Día a día, minuto a minuto. Tiempo al tiempo. Los recuerdos, y la experiencia, es un profundo lastre en contra de vuestra credibilidad. ¡Cuántos centenares de personas, habrán acudido, en la jornada dominical del 22 M, a las urnas, haciendo un esfuerzo ímprobo, pues en sus conciencias sólo prevalecía el más fundado rechazo hacia la clase política! Y han estado allí, no por vosotros, sino por responsabilidad democrática. Nunca se conoce el tiempo en que logras hacerte creer. Sin duda, mucho. Pero es brevísima la dimensión temporal en que, tu comportamiento, te hace perder la fe de los demás.

Y hablemos de nuestros municipios. De nuestros pueblos y ciudades. No se puede, no se debe, convivir con la suciedad. ¿Habéis tenido tiempo para observar el estado de muchas calles de Málaga? No aquellas que se riegan y limpian todos los días. Es ilustrativo “patead” los barrios de vuestras localidades. Tampoco es de recibo que las aguas de nuestras playas y ríos sufran distintos grados de contaminación. ¡Qué mayor cinismo ver ondear banderas azules al viento, cuando hay niños y mayores que tratan de eludir la “porquería flotante” en sus intentos de baño! ¿No sentís el más responsable pudor por vuestra incapacidad para solucionar ese grave problema, para ciudades que aman y viven del turismo? ¿No os da vergüenza la pobreza de vuestras soluciones, que es echarle siempre la culpa a la Administración presidida por otras siglas políticas? Y cuando lleguemos a la “totalización” de la sigla (panorama más que previsible) ¿a quien le vais a echar la culpa de vuestras incompetencias? Efectivamente, somos los ciudadanos quienes ensuciamos el entorno. Vosotros, los que gobernáis, tenéis que evitar esta ineducación. Y si no tenéis recursos, voluntad o imaginación para hacerlo, “marcharos” a vuestras casas.

Una ciudad no debe, no puede estar sometida a la dictadura del automóvil. ¡Basta ya! No podemos sacrificar nuestro ecosistema urbano y anímico a los intereses de las industrias automovilísticas. ¡Claro que queremos movilidad! ¡Claro que necesitamos de la movilidad! Pero, haced barrios más habitables, humanos y autónomos, sin que el centro urbano sea el desiderátum de nuestros afanes convivenciales. Servicio público mayoritario para el transporte. Al servicio del ciudadano. Y no importa que no sea rentable. Sus pérdidas, en contabilidad, siempre estarán justificadas porque se sirve al ciudadano, contra la contaminación y a favor de la habitabilidad en las calles y plazas.

Málaga, y otras numerosas localidades, viven de la economía turística. En la tómbola e intereses de la estructura productiva, nos ha tocado este grato premio avalado por la naturaleza. No se puede consentir que una ciudad, articulada en este sentido, permanezca “muerta” los domingos y festivos, para los visitantes y residentes, en sus comercios. Cruceristas, turistas y viajeros ocasionales, naufragan y vagan, en esos días de “rojo”, por las arterias urbanas, desiertas y carentes de vida mercantil. Esa política prohibitiva, absurda, supone ir en contra de los intereses de una economía que se oxigena por el turismo. ¡Y qué mayor sinrazón, y necedad ,que permitir a los comercios pequeños que puedan abrir sus puertas, pero no lo hacen, y prohibir que lo hagan las grandes superficies comerciales, cuando éstos sí quieren hacerlo! Y con casi cinco millones de parados en el país…….

La salud es uno de nuestros primeros valores. Probablemente, el más importante. Hay que prevenir y educar. Pero una vez que se hace necesaria la asistencia sanitaria, no es de recibo la masificación, el retraso y las condiciones en que ésta se presta al ciudadano contribuyente que, con razón, la demanda. Y esta prestación, en la sanidad pública, está muy degradada. Básicamente, por falta de inversiones y de voluntad política. Tercer gran hospital para Málaga, más ambulatorios, una Facultad de Medicina que supere esas doscientas plazas de admisión anual…. El ciudadano no debe esperar mes y medio, o más, a fin de recibir atención, por parte de un especialista, para su dolencia, física o psíquica. Son los gestores políticos los que han de resolver esta precariedad y deficitaria prestación asistencial que sufrimos y soportamos.

¿Quiere Vd. ver la presencia de miembros de la seguridad pública? ¿Quiere Vd contactar con un policía municipal (o local) o nacional? En el entorno de las céntricas calles Larios, Plaza de la Marina y Plaza de la Constitución, seguro que tiene esa suerte. Pero una ciudad es algo más que esas tres calles. Hay no pocos barrios en Málaga, donde la policía local o nacional no aparece, salvo cuando se les reclama por teléfono tras alguna denuncia. Y la seguridad ciudadana exige la presencia física de estos uniformes que tienen como función la defensa de la legalidad y el cumplimiento de las normas y el orden ciudadano. Esa es otra de las grandes e importantes exigencias del contribuyente.

Niños y mayores. Son los dos segmentos de la sociología ciudadana que deben ser priorizados en la protección de sus necesidades. Las razones, para unos y otros, son más que obvias. Demandamos servicios educativos, de calidad, de verdadera calidad, para los más pequeños. También, servicios integrales de atención a la tercera edad, para aquellos que acumulan hojas del almanaque en su trayectoria existencial. En este caso, el incremento de la esperanza de vida aconsejará, en los próximos años, aumentar las aportaciones presupuestarias de los ayuntamientos y otros organismos e instituciones públicas. El segmento cronológico de los mayores de 60 años cada vez se hace más importante en las pirámides de edad, gráficas que reflejan la estructura demográfica de nuestras ciudades y municipios. Merecen la mejor atención, tras una vida dedicada al trabajo responsable a favor de la sociedad.

Se podría seguir abundando en el comentario de otros muchos aspectos, sobre cómo conseguir una positiva gestión política y administrativa, tanto en Málaga como en los restantes municipios de la provincia. Pero las parcelas de servicio, ya citadas, son lo suficientemente expresivas, en su significación e importancia, que hace innecesario seguir abundando en el espíritu que preside este artículo. Escrito conformado, en un día previo a las elecciones locales. Tal vez, la primera de las tareas, que los concejales y alcaldes del 22 M han de abordar, sea la de recuperar esa fe fugada en la conciencia de aquellos que, por responsabilidad cívica, pensamos acudir a las urnas. Deseamos, con esperanza, un domingo primaveral que, amaneciendo pleno de luz y naturaleza, sirva para potenciar la conciencia generosa de todos aquellos que van a asumir el mandato, local y regional, de los ciudadanos. Pongan por delante el bienestar colectivo, antes que el egoísmo interesado de lo particular. La historia, y la memoria colectiva de las personas de bien, así lo apreciará y lo agradecerá.-


José L. Casado Toro (viernes, 27 de mayo, 2011).

Profesor.

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¿Y QUÉ OCURRIÓ ESE DOMINGO, DE ELECCIONES MUNICIPALES EN ESPAÑA?


El Censo electoral estaba constituido por 34.682.112 ciudadanos y ciudadanas.

Votaron en las urnas: 22.971.350 personas. El 66,2 %.

Se abstuvieron de votar: 11.710.762 personas. El 33,7 %.

Votos emitidos en blanco (sobre vacío): 584.012 personas. El 2,54 %

Votos emitidos considerados nulos: 389.506 personas. El 1,70 %.

El Partido Popular recibió 8.474.031 votos. El 37,53 %. Obtuvo 26.499 concejales.

El Partido Socialista Obrero Español recibió 6.276.087 votos. El 27,79 %. Obtuvo 21.767 concejales.

Izquierda Unida recibió 1.424.119 votos. El 6,31 %. Obtuvo 2.230 concejales.

Convergencia I Unió recibió 778.679 votos. El 3,45 %. Obtuvo 3.862 concejales.

(se anotan los cuatro principales partidos políticos, en cuanto al número de votos).

Y en 13 Comunidades Autónomas, también se renovaron sus Parlamentos regionales. Realizar un análisis de estos resultados exigiría elaborar un nuevo artículo de opinión. En todo caso, los datos aportados son lo suficientemente explícitos.-



jueves, 19 de mayo de 2011

INTRIGA, EN UNA VIAJERA INESPERADA.

Nico estudia para ser Profesor de Educación Física. Cualificado corporalmente, desde que era pequeño le ha gustado practicar numerosas actividades deportivas. Aquéllas en las que ha de utilizar con destreza un balón, hasta otras que corresponden, en lo específico, a las diversas modalidades del atletismo. Ahora, con veintidós años para su vitalidad, cursa cuarto de esa especialidad deportiva en la ciudad de la Al Hambra. Todos los viernes viaja a casa, donde vive con sus padres, en Málaga, para volver a marchar, por sus obligaciones de estudio, en la matinada del lunes. Son relativamente pocos los kilómetros que separan a las dos ciudades hermanas, pero más importante es el incentivo de estar junto a su pareja Cristina, en esos casi tres días de la semana. Al tener sus clases programadas por la tarde, puede conducir su C3, de la marca Citröen, para llegar a Granada con tiempo más que sobrado, a fin de cumplir cómodamente con el horario académico de ese lunes.

Todo sucedió en un mes de marzo, dentro ya de la estación primaveral. El fin de semana había sido bien aprovechado, en su inevitable corta duración. Cine, por partida doble; celebración de un cumpleaños con los amigos más cercanos; comida en casa de Cristi e, incluso, un buen rato de sol en la playa, en un sábado anticiclónico de lo más azul y tranquilo. Y ya, el domingo por la noche, la tierna despedida de dos enamorados que intercambian besos y palabras de amor, para su necesidad. Mientras, su madre, bien atenta a todos los detalles, le ha preparado un hatillo de ropa limpia y, en una bolsa antitérmica, buenos alimentos para la semana, a pesar de las protestas ya usuales de Nico. En el piso que comparte con tres compañeros de facultad lo tienen todo bien controlado, con ese desorden ordenado que les permite mantener la convivencia. También él, al igual que Javi y Rafa, suelen almorzar en los comedores de la Universidad. Sin embargo, para las noches, preparan platos atrayentes o compran pizzas, comida china o algo de kebab. En el reparto de las tareas del piso, esta semana Nico tendrá que encargarse de organizar las cenas y todo lo concerniente a la limpieza de la cocina. Además, las compras en ese bien repleto Mercadona, instalado en la zona de San Antón, muy cerca de un Genil que avanza desde la Sierra, camino del Guadalquivir.

Lunes, muy de mañana, cuando apenas comienza a clarear el día. El Citröen blanco, de segunda mano, responde muy bien a todos los requerimientos del conductor. Se ve que ha estado en buenas manos, por parte de su primer propietario. La atmósfera se percibe algo fresca y húmeda aún. El reloj del vehículo marcaba las 7:20, cuando Nico sintonizó una de las memorizadas cadenas musicales, como alegre compañera de viaje. Advierte que la flecha de la gasolina está a punto de entrar en la peligrosa zona roja. La estación de servicio más cercana es la conocida como “La Tana”, en pleno inicio de la autovía de las Pedrizas, prácticamente enfrente del actual Jardín Botánico Municipal “La Concepción”. Hay numerosos coches que esperan su turno para repostar combustible. Marca en la máquina 30 euros, lo que deja el depósito en poco más de la mitad de su capacidad. Cuando vuelve de la oficina, tras abonar la cantidad prevista, observa que una joven está parada junto a su coche. Parece que espera la vuelta de su propietario.

Se trata de una chica que en poco supera las dos décadas de vida. Morena, con el pelo recogido en una coleta, ojos castaños, complexión deportiva, sin grasa superflua en su musculatura y vistiendo una ropa desenfadada y juvenil de tonalidades azules. Lleva vaqueros, muy trabajados, con esos orificios provocados que dejan ver, y oxigenan, pequeñas zonas de unas piernas que facilitan una estatura, algo superior a la media. Zapatillas Paredes muy gastadas y descuidadas en su limpieza. ¿Vas a salir de Málaga? Sólo llevo esta gran mochila. ¿Te importaría llevarme. Hago autostop. Y me dirijo hacia Madrid. Son palabras reposadas y convincentes, pronunciadas con un cierto tono de la lengua gallega. Nico duda por un instante pero, siendo inusual en su proceder como conductor, le indica el destino a donde se dirige, ayudándole a colocar el deportivo equipaje en el asiento trasero del vehículo. Recibe una breve sonrisa de su inesperada acompañante, mientras ésta le dice: me viene muy bien, Cuando llegues a Granada te dejo y sigo mi camino hacia la carretera de Jaén. Al preguntarle si era estudiante universitaria, ella trata de obviar el interrogante cambiando de tema con habilidad.

En realidad, parece escasamente comunicativa, aunque trata de vender una aparente confianza. Hablan del buen tiempo que regala esta Primavera y de los agobios que generan viajar a estas horas tempranas, tras levantarse de la cama. Le comenta que ha estado en Málaga, y la costa, poco más de una semana, gustándole mucho el ambiente de esta provincia, ciudad que no conocía. Al fin le confiesa que, desde enero, está viajando por toda España, aprovechando sus pocos ahorros. Ha trabajado un par de años en una franquicia de ropa cuya marca es muy conocida dentro y fuera de este país. Pero que le llegó la hora ingrata del despido y por eso trata de aprovechar el tiempo para su vida. En ese intercambio intermitente de frases y comentarios, a Nico le extrañó una alusión que hizo Estela a su cuarto año en la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Repasó mentalmente…. pero no era consciente de haberle dicho que se encontrara en el cuarto Curso de carrera. No le dio más importancia al hecho.

A medida que avanzaba el trayecto, la atmósfera de cordialidad entre ambos viajeros se tornó más agradable. Estela nunca abandonó ese halo de misterio que la envolvía, previsible ante una corta amistad probablemente elegida al azar y a causa de la necesidad.

Era poco más de la mitad del viaje. El Citröen se dispone a bajar esa empinada cuesta que hay, camino de la piscifactoría en Riofrío, antes de pasar por el bello pueblo granadino de Loja. En este preciso momento, su joven acompañante le dice una enigmática frase. Nico, ten mucho cuidado con los camiones que suben a esta hora temprana de la mañana. Puede haber grasa en el suelo que desvíe involuntariamente los vehículos, pudiéndose provocar terribles accidentes. Debes reducir la velocidad del acelerador. Así lo hace su compañero al volante, ante la racional sugerencia. Tras superar una curva, observan cómo un gran trailer de mercancías se desplaza con violencia de su carril, cruzándose prácticamente en los dos que conforman la calzada, en el sentido de la autovía. El hecho ocurre a unos trescientos metros del vehículo conducido por Nico. Dada la velocidad, que la bajada en cuesta potencia, apenas puede pisar el freno a fondo y girar hacia el carril izquierdo, logrando pasar a duras penas por un estrechísimo hueco entre el trailer atravesado y la mediana de la autovía. Por muy escasos centímetros, no ha impactado contra el voluminoso camión desviado y parado. El susto ha sido mayúsculo. Se detiene en el arcén y observa asombrado como dos turismos no pueden evitar el impacto sobre el trailer, a consecuencia de la velocidad que sus coches desarrollaban. Gran estruendo, humareda, y cristales que vuelan por los aires. Con las manos aún temblorosas, apenas puede marcar el 088 en su móvil, número oficial de ayuda para emergencias. Desde la otra parte en la línea, le solicitan que indique la situación más o menos exacta del accidente. En seis minutos, ya ve la llegada acelerada de dos motoristas de la Benemérita, con luces y sonidos de emergencia. Y en unos diez minutos, una UVI móvil del 061, posiblemente desplazada desde la cercana localidad de Loja, acompañada por un vehículo del 092, correspondiente a la Policía local. Pronto llega otro vehículo del 062, correspondiente a la Guardia Civil para hacerse cargo del siniestro y levantar el atestado correspondiente. Ese sentido de la autovía ha quedado cortado al tráfico en pocos minutos, mientras aparecen nuevas ambulancias entre sirenas. Sin duda, hay heridos. Observa como un médico del 061 tiene su uniforme ampliamente manchado de sangre. En medio de la tensión y el tumulto del accidente, Nico explica a un agente su visión e interpretación de lo ocurrido. De pronto se fija en el asfalto de la calzada. Observa grandes manchas aceitosas, de un color negro brillante, en el suelo que antecede al lugar del siniestro. Sin duda, ese líquido lubricante, volcado en la calzada, ha sido el causante, en su origen, del impactante siniestro. Ya un poco más sereno, vuelve junto a Estela a su coche a fin de continuar el viaje, tras autorizárselo un gente de la Benemérita. Cae en la cuenta que no lleva puesto el chaleco reflectante reglamentario de seguridad. Ese chaleco amarillo o naranja que hay que colocarse antes de abandonar el vehículo, cuando se estaciona en al arcén de una carretera. Otro agente de tráfico le advierte de su error, pero es generoso y compresivo ante la situación que todos están sufriendo.

Ya sentado al volante, mira los ojos atentos de Estela que están fijados en su persona. Gracias Estela. Tu consejo… nos ha salvado la vida. Tu oportunidad ha sido maravillosa. Ella le responde con una cariñosa sonrisa, sin pronunciar palabra alguna. Se detienen en un restaurante muy próximo, al final de la bajada, junto a la piscifactoría, para tomar alguna infusión que los tranquilice. Se sientan en una mesa situada junto al hogar de los leños, madera, a modo de combustible, que sirve para soportar los fríos invernales. Un camarero le toma los datos de la consumisión: un poleo con menta y un descafeinado de máquina con leche. Le ve retirarse hacia la barra, luciendo en su rostro un gesto de cierta extrañeza. Estela le indica que va a pasar al servicio. Sirven las infusiones, pero su compañera de viaje tarda en volver de los lavabos. Ante la tardanza de la joven, le pregunta a una señora que sale del servicio de señoras si ha visto a una chica morena en su interior. La mujer le responde con seguridad: no. no queda nadie, en este momento, dentro del lavabo. Muy sorprendido y preocupado a la vez, observa a las personas que hay en el bar. Ni rastro de Estela. Sale a la puerta y recorre toda la zona que rodea al restaurante, pero sin éxito para su búsqueda. Más que intrigado, vuelve al bar y se dirige al camarero que le ha atendido en la orden de consumisión. Por favor, ha visto Vd. a la jovencita que me acompañaba en la mesa. Su sorpresa es mayúscula cuando su interlocutor, mirándole con cara de pocos amigos, le responde con brusquedad. Mire, me ha extrañado mucho cuando me ha pedido las dos infusiones. Ha entrado Vd sólo en el bar. No le acompañaba nadie. No sé a lo que está usted jugando. Aquí tiene la cuenta. Páguela. Tómese lo que ha pedido y no me haga perder el tiempo. Estoy trabajando y no es el momento de bromas sin sentido. La firmeza del camarero le hace abonar la cuenta y, sin probar las dos tazas que quedan humeantes sobre la mesa, sale del bar embargado en una profunda confusión- ¿Qué está pasando? No estoy soñando, estoy más que despierto. Pulsa el mando a distancia de la cerradura, sonando el ruido de apertura en el vehículo. Cuando abre la puerta del coche observa, con el mayor desconcierto y temor, que el asiento trasero está completamente vacío. Ni rastro de la mochila de Estela. ¿Qué, qué está pasando? ¿Y por qué, a mi?

José L. Casado Toro (viernes, 20 de mayo, 2011).

Profesor.

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viernes, 13 de mayo de 2011

NO PODEMOS SER CÓMPLICES AUTISTAS, DE LA INDIGNIDAD.

Sí, parece que tenemos miedo o precaución a manifestar lo que reposa en el fondo de nuestra conciencia. Pero esa inmensa mayoría de ciudadanos, personas de bien, no deben callar cuando ven pasar, delante de su moral, una iniquidad de tal calibre como la que se nos ha regalado en fechas tan recientes. ¿Qué ha sido lo sucedido? Básicamente, una vulneración de las reglas más elementales de actuación política, por parte de la gran potencia que casi todo lo puede. Y claro que nos duele, por encima de mucho, el dolor de esas casi tres mil familias que perdieron a seres muy queridos, de una forma injusta, absurda y criminal. ¿Qué culpa tenían esos inocentes de la soberbia gubernamental de sus dirigentes con respecto a culturas e ideologías diferentes, atrasadas y sometidas al imperialismo capitalista, tácito o explícito, de la superpotencia mundial? Como tantas veces ocurre, el ciudadano de a pie es quien ha de pagar la ambición descontrolada de aquéllos que son sus gobernantes. Y de ahí provienen esas reacciones sangrientas, terriblemente radicales, criminales en suma, del terrorismo mundial, que golpea con saña y maldad contra los más inocentes. Sin culpa éstos, de la penosa dialéctica que mantienen determinados gobiernos y el tercermundismo. Pero, aun aceptando el desprecio visceral que la racionalidad moral nos provoca, ante los zarpazos sangrientos de esa respuesta integrista y fanática, no podemos hacernos cómplices de la vulneración sistemática de reglas básicas que rigen la ética de lo jurídico y las leyes internacionales. Y se ha hecho, sin el menos pudor o prevención, ante la ciudadanía mundial.

Lo que sabemos. En política, y en tantos hechos de la vida, dicho conocimiento resulta ser siempre “la mitad de la mitad” lo cual resulta lamentable en lo limitativo. Ese ciudadano, amante y defensor de la paz y la justicia, lee, escucha y contempla, en los órganos de la comunicación mediática, cómo los dirigentes de ese super país aceptan haber obtenido, mediante torturas, información sobre la ubicación geográfica de un líder terrorista. Precisamente, el mismo que, hace unos años, 2001, humilló con un gran baño de sangre su prestigio y prepotencia. Una vez conocido su cómodo escondite, envían a tropas de élite para que actúen, ilegalmente, en un país extranjero. Ni solicitan autorización, ni ofrecen información básica de lo que piensan hacer, a los dirigentes de ese país que no es el suyo. Algo así como un “allanamiento de morada”, pero a lo grande. La “bota de las cincuenta estrellas” piensa que está legitimada para saltar todo tipo de obstáculos, a fin de conseguir sus fines. Con todo lo discutible y opinables que puedan parecer éstos. Una vez realizada esta entrada o invasión ilegal, según las más aceptadas leyes del derecho internacional, cercan la residencia donde, cómodamente, se esconde ese líder terrorista, enemigo público número uno de la superpotencia humillada. Es evidente que llevan la orden de “acabar” con él. Hay que aliviar gastos, costes e imagen de una justicia pública cuya operatividad no les interesa o importa. Asesinan a ese asesino fanático y odiado, así como a varios de sus colaboradores que sí portaban armas de fuego. No así su líder, según han revelado los propios soldados que hicieron la “operación”. Y para evitar las incómodas y molestas peregrinaciones futuras de los “acólitos”, a la tumba del personaje, “entierran” su cuerpo en un inmenso mar, a donde no es fácil desplazarse por el secreto de su ubicación puntual. Una vez realizada la venganza de tantas víctimas inocentes, y de su propia egolatría como gobierno, se informa con altanería a los dirigentes políticos de ese país violado en su más elemental soberanía y privacidad. ¿Conocían y consentían, los dirigentes de ese país, la estancia en su territorio del jefe terrorista? No lo sabemos con certeza. Ellos lo niegan. Pero aunque no sea cierta su respuesta, se han vulnerado leyes básicas del derecho internacional. Y tratándose de quien se trata, hay que callarse, aceptar sus explicaciones y no incomodarse con aquel que cree ser un semidiós terrenal, en el discurrir de los días.

Puede entenderse, en lo humano, la fiesta y el jolgorio público de esos ciudadanos, otra hora golpeados y humillados por el vil terrorismo. Puede comprenderse que muchas personas profesen, en ese momento, las leyes mesopotámicas del Código de Hammurabi (en pocas palabras, el ojo por ojo, diente por diente) sobre el derecho griego, romano o el de la democracia internacional. Normas y leyes consensuadas, que subyace en los organismos supranacionales, y que rigen o deben regir un mundo que se llama adulto y responsable. Pero aunque, en lo humano, se entienda o acepte, no puede tolerarse que sus gobiernos se olviden de la justicia, de los tribunales y del respeto a las leyes y normas que se han establecido en los foros y organismos legitimados para ello.

No matarás. Es un puntual precepto bíblico para los cristianos. Pero que también resulta válido para cualquier otra manifestación de religiosidad. Una persona no le debe quitar la vida a otra persona. Sólo la enfermedad, las incógnitas de la naturaleza, los designios de la divinidad…… podrían ejercer ese drástico, definitivo e inexplicable proceder. Especialmente, cuando se trata de vidas con no muchos números en su cronología. Pero un Estado nunca, nunca se debe poner a la altura repugnante de quien así procede, cruel e inhumanamente, para con los demás. Ya no es que sea una ley de Dios. Además de ser un mandato religioso, es una norma, moral y ética, de lo que siempre hemos entendido como derecho natural. Es incuestionable que así no se debe proceder. Claro que, para ellos, los prepotentes Estados de 1776, la pena de muerte es otra cosa. Aún tienen Estados, en su gran Nación, federal en lo político, que no han abolido el recurso de matar al delincuente.

En nuestro país hemos padecido ejemplos, relativamente cercanos en el tiempo, de comportamientos, gubernamentales y policiales, calificados como de crímenes de Estado. Recordamos esa tenebrosa sigla del GAL. Y tampoco se nos olvida el secuestro de un ciudadano, por error policial, creyéndole vinculado a una banda terrorista. El Director General de Seguridad y el propio Ministro del Interior, tuvieron que responder ante la Justicia acerca del proceder de varios de sus subordinados. Se vieron obligados a sufrir la condena jurídica y el castigo de la privación de su libertad, con la estancia en prisión. Grupos políticos de distinto signo, e ideologías interesadas, extremaron su purismo democrático y de ortodoxia jurídica, condenando determinadas actitudes en la lucha antiterrorista en España. Esa rancia derecha, inquisidora al extremo en aquellos duros momentos, guarda ahora un cínico silencio ante esos métodos que “el país amigo” utiliza contra la amenaza de los violentos. Y el propio Gobierno, supuesta “izquierda” ideológica, a lo más que ha llegado ha sido a manifestar su deseo o gusto de que ese terrorista, acribillado a balazos, hubiera comparecido ante los tribunales de justicia, a fin de hacer frente a los execrables crímenes que le señalan como autor. Palabras de tono bajo, que eviten molestar, en demasía, al amigo que cierra el Atlántico por el oeste, en este gran océano intercontinental.

¿Y para qué está la justicia? ¿Cuál debe ser el proceder de los tribunales que juzgan los supuestos delitos perpetrados por los ciudadanos? Para escuchar, atender y juzgar, los diversos planteamientos y pruebas de abogados y fiscales. Finalmente, para aplicar la ley al reo, autor del delito. Y uno de los castigos más severos, que pueden aplicarse a los delincuentes, es la privación de su libertad. Pasar de ahí sería trasladarnos, de manera penosamente regresiva, a otras épocas, culturas, sociedades y métodos que tuvieron su momento en la Historia pero que hoy, en el mundo de la moralidad, de la técnica y de la sensatez, no deben tener, afortunadamente ya lugar. Hammurabi, Autos de Fé, linchamientos populares, garrote vil o sillas eléctricas, etc. son páginas tenebrosas que veneran la irracionalidad y el fanatismo cruel. No tendrían ya lugar en esta época. Y los crímenes, y el terrorismo de Estado, obviamente que tampoco.

Volviendo al principio de esta reflexión para la sensatez, no puede, ni debe, haber silencios cómplices ante países, personajes o circunstancias interesadas. Los errores, las ambiciones o los procedimientos inconfesables están ahí, deben ser denunciados y no pecar de complicidad con la ejecución de los mismos. En cierta ocasión, un alumno del último Curso de la Secundaria, le preguntó a su Profesor de Historia si, en verdad, eran muy diferentes los dos grandes partidos en esa gran nación norteamericana. A nivel interno, para los asuntos del día a día, especialmente en la política social, seguro que sí. Pero en los criterios de la política exterior, sus pautas de actuación no son muy distanciadas. Ciertamente que no todos, los que detentan la Presidencia de ese súper Estado, reflejan el mismo carácter. El mismo estilo personal ante los problemas y las decisiones. Pero, cuando se trata de los intereses neo-imperialistas de su país y de la debilidad ante el voto en las urnas, éticas, moralidades, racionalismos, junto al respeto a las normas internacionales, resultan volatizados en el laboratorio del egoísmo o en los referentes patrióticos que, siempre, suelen vender bien.-

José L. Casado Toro (viernes, 13 de mayo, 2011).

Profesor.

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viernes, 6 de mayo de 2011

RECUERDOS EN LA NOSTALGIA, PARA UNA GRAN Y FELIZ EFEMÉRIDE.

Cincuenta años. Medio siglo, en la historia de Málaga. Y apetecen estas celebraciones en vida, pues continúa, vital y saludable, su mejor esfuerzo cooperando para la educación malagueña. El IES Nuestra Señora de la Victoria alcanza esa edad adulta, en el ecuador de los calendarios, que habla de su potencialidad y prestigio. Sesudos y doctos estudios, elaborados por documentados especialistas, nos recordarán, y realzarán, su historia, su arquitectura, sus “tesoros” patrimoniales, sus personajes y vivencias, en la joven y veterana cultura de Málaga. Ciudad agraciada, que se ve acariciada y acurrucada por ese Mediterráneo, de cálidas aguas azules. Mar que refleja un cielo lleno de sonidos que nos hablan del tránsito viajero, con olas susurrantes y aroma mágico de sal y marisma. ¡Cuántos malagueños de nacimiento, y otros de adopción, han pasado por sus aulas, dejando en ellas improntas y retazos de sus vidas adolescentes! Miles, miles de niños y niñas, jóvenes y adultos, poseen, en las páginas entrañables de sus biografías, imágenes, sentimientos y recuerdos de ese ir al Instituto de Málaga, para conocer, aprender, convivir y crecer en decisivas oportunidades para el calendario ilusionado de su existencia. Generaciones que, en el tiempo, siempre portarán, con el orgullo de la humildad, esa noble impronta de su vinculación con un imborrable espacio comunitario, para la cultura y el crecer, en la zona norte de la ciudad. Emblemáticos apellidos y nombres famosos (Ochoa, Aleixandre, Picasso, Altolaguirre, Ortega, Moreno Villa, Muñoz Rojas, Infante….) serán realzados, en estos fastos conmemorativos, como insignias ilustres para cimientos referentes de la institución. Por cronología y otras avatares, probablemente ninguno de ellos pisó este suelo del funcional edificio construido en el Paseo de Martiricos. Sí lo hicieron, y es necesario destacar por ello, a esa joven Marta o al niño Rafa, residentes del Llano, Los Ángeles, la Palma o la Trinidad. Para éstos, y otros miles de escolares, su Instituto ha sido, y es, un segundo hogar, en la instrucción y la amistad, cuando muchas carencias familiares tuvieron que ser suplidas por el afecto, el calor humano y la ayuda solidaria de compañeros, Personal de Administración y Servicios, junto al Profesorado, en orden a su equilibrio, maduración y evolución personal. Bueno será mirar al pasado para recordar y valorar el camino recorrido en este aniversario para la vida. Pero no menos aconsejable, e inteligente, será otear ese horizonte para el futuro inmediato, retos y metas que deben fortalecer y mejorar unas señas de identidad que una rutinaria Administración uniformadora tiende a degradar, adormecer y a desvitalizar.

1961-2011. Media vida, para el recuerdo y la nostalgia. Tras una cruenta Guerra Civil de tres años de duración (1936-39) y cerca de un millón de muertos, directos o en retaguardia, comienza un largo período de gobierno personal por parte Francisco Franco Bahamonde, al frente de la Historia de España. Ya en la segunda parte de la dictadura, ejercida por el general ferrolano, el crecimiento demográfico y social del país deja pequeño el espacio del único Instituto de Enseñanza Media de Málaga, lo que aconseja levantar un nuevo edificio que albergue a los alumnos masculinos de dicho Centro. Y allá, junto al Guadalmedina, el arquitecto Miguel Fisac Serna (Daimiel, Ciudad Real, 1913-Madrid, 2006), construye un funcional, abierto y espacioso edificio para los estudiantes varones de la Institución docente. Fue inaugurado por el Caudillo, un sábado 29 abril de 1961. Y es que, hasta el comienzo de los años ochenta, fue el Instituto Masculino de Málaga, “bautizado” con el mariano nombre de la patrona de la ciudad “Nuestra Señora de la Victoria” título onomástico que debe permanecer como la primera seña de identidad de esta comunidad educativa. No muy lejos del Puente de Armiñán, en calle Gaona, permanecía el Instituto matriz de Vicente Espinel, como “el femenino” de Málaga. Pronto, nuevos Institutos vinieron a hermanarse con el de Gaona y Martiricos. El nombre del barrio de Martiricos recuerda a los Santos Ciriaco y Paula, mártires cristianos de Malaca, en la Bética romana del siglo I. Los Reyes Católicos dedicaron a esos santos, lapidados junto al río que atraviesa la ciudad, una de las cuatro parroquias que consagraron, tras la conquista cristiana al poder islámico nazarí de Málaga, en 1487, nombrándoles patronos de la misma.

En octubre de 1963, al comenzar el tercer año de vida de este moderno Instituto, un nuevo alumno se matricula en el mismo, entre los cientos de compañeros que así lo hacen. Procede de un centro de titularidad privada, el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, organizado constructivamente en forma de academia-escuela, en una incómoda planta cuarta de la calle Martínez, transversal a la céntrica Larios. El hacinamiento, y la falta material de espacio para una buena organización educativa, induce a la familia de este adolescente cambiar educativamente al sector público. Como anécdota, indicar que los alumnos de este colegio, vinculado a la Compañía de Jesús, tenían que desplazarse, formando una alargada fila, al Pasillo de Natera, atravesando la ciudad, para desarrollar las clases de Educación Física, dos veces a la semana. En realidad, este alumno pudo cursar el cuarto curso del antiguo bachillerato en la Institución Profesional Francisco Franco, junto al Estadio de la Rosaleda, en esa periférica zona de Martiricos, pero sus padres optaron mejor por la vía de la formación no profesional, en la etapa media de sus estudios. Habituado a la carencia absoluta de buenas condiciones materiales en su antiguo colegio, el cambio fue de lo más positivo para su vida. Organización constructiva adecuada de un gran espacio físico, abundancia de luz y elementos vegetales, trato y preparación en los Profesores, todo ello fueron elementos innovadores y muy gratos que siempre supo, y sabrá, agradecer.

1963-64. Fueron densos meses, para la Historia, que presenciaron la muerte del Papa Juan XXIII; la aparición clandestina del sindicato Comisiones Obreras; la gran ofensiva por los derechos civiles de la población de color, en los Estados Unidos; el asesinato de John F. Kennedy, 35 Presidente de ese mismo país; la inauguración de la gran presa en Assuán, en Nubia; la destitución política de Nikita Jruschov en la URSS; la independencia de Kenya; el nacimiento del casete para las grabaciones de audio; Hitchcock modela otra de sus grandes películas, Los pájaros; se conmemoran los “25 años de paz” en el régimen franquista de España; Mary Quant impone la minifalda, en el atuendo femenino; se funda en Addis Abeba, Etipía, la O.U.A. (Organización de la Unidad Africana); el Cordobés, toma la alternativa en su Córdoba natal; The Beatles, arrasan en las listas de ventas discográficas; J. Cortázar publica su gran y compleja obra Rayuela; dos científicos británicos exponen su teoría sobre la tectónica de placas; XVIII Juegos Olímpicos en Tokio; también nace el Tetra Brick, envase para la conservación de los alimentos; H. Marcuse publica El hombre unidimensional, mientras el también filósofo y novelista francés J.P. Sartre, rechaza el Nóbel de Literatura por motivos políticos; se funda en Jordania la O.L.P. Organizaciónn para la Liberación de Palestina; Martín Luther King recibe el Premio Nóbel de la Paz. Y así, un largo etc de acontecimientos a recordar para la Historia de todos.

Fue ese su único curso como alumno en el Instituto, a fin de estudiar el 4º del antiguo bachillerato. Su rendimiento académico no pasó de mediocre. Aquél su expediente habitual, de una media con Notable en la puntuación, se transformó en un aprobado raso. Circunstancias familiares y una afición muy intensa al entorno deportivo del Club Deportivo Málaga, no le motivaron en demasía a sus obligaciones de estudio. Jugar por las tardes al balón, aprovechando un arbolado poblado de eucaliptos, en la vecina parcela ubicada entre el Instituto y los murallones del río, como fustes a modo de postes para las porterías respectivas, ocupaba bastante de su tiempo e interés. Ese joven recuerda, agradecido, a sus Profesores de ese Curso para la Reválida de 4º. Al cura José Mª Cabello en Religión, persona muy agradable y afectiva, sin sotana ni clerigman, lo cual era una novedad para la época, en línea con los cambios modernizadores que iba a generar el Concilio Vaticano II (1962-65). Una atractiva Profesora de Geografía e Historia, Dña. Maria de los Ángeles Golbano, castellana y con unas dotes explicativas muy intensas. Sus esfuerzos por explicar el Sacro Romano Imperio Germánico contrastaban poderosamente con los intereses de muchos escolares, que aplicaban mejor su memoria a la delantera integrada por Ríos Pipi, Mendi, Sande y Bernardi, quinteto atacante del CD Málaga. En Física y Química, la firme y adusta seriedad profesional de Dña. María Godoy, muy dueña siempre de la situación docente y disciplinaria en sus aulas. Comenzó el Curso, explicando Matemáticas, D. Jaime Molina, que se esforzaba por hacer fácil una materia que era muy complicada. Le sustituyó, a los pocos meses, otro Profesor, impecablemente trajeado y encorbatado, al que todos llamaban “el Rufini”. Pronto comprendimos el porqué. Raro era el día en que no trataba de aplicar la famosa Regla de Ruffini, un matemático y médico italiano (1765-1822), con su valiosa fórmula en eso de dividir los polinomios. El Ruffini era D. Gabriel Garcia de la Chica, un excelente “maestro” de las Matemáticas. Por cierto, nuestro alumno acabaría, con los años, siendo compañero en las tareas docentes de D. Jaime, en los últimos años profesionales de éste, antes de su jubilación. No se olvida tampoco de D. Javier, en eso de la Formación del Espíritu Nacional (la “Política” una de las “tres marías” en el argot estudiantil de la época) y de D. Luis, en la Gimnasia. A éste último, nunca se le vio vestir un chándal deportivo o unas zapatillas de deporte. Era más usual su curiosa figura con gafas oscuras de sol y con un cigarrillo en las manos. Finalmente, menciona a D. Francisco Báguena, en sus clases de latín y también a la “temible” Dña Elena Villamana Peco, Catedrática de Literatura, aragonesa de fuerte carácter, escritora de libros para bachillerato y persona muy preparada. Su peculiar forma de tratar y dirigirse a los alumnos no hubiera podido aplicarla hoy en las aulas escolares. La esquela de su fallecimiento (mayo de 1995) aún sigue apareciendo en los archivos del Google.

Son muchos los recuerdos que se hacen presentes en este emblemático momento, al paso de los años. Ese ala oeste, aún no construida, cerrada por una recia alambrada, que dejaba libre la visión a una zona cultivada donde se levantaría la Urbanización Martiricos. O esa recia arquitectura, de ladrillo a ladrillo con potentes pilares de hormigón, que daría paso a una de las escasas industrias con que Málaga gozaba, además de la turística de sol y playa, importante ya en esos años. Nos estamos refiriendo a la fábrica de aparatos y material telefónico de CITESA, que sería inaugurada solemnemente en diciembre de 1964. Cuando la explicación se tornaba aburrida, aquellos escolares ubicados en el ala norte del Instituto seguían el geométrico trabajo de los albañiles, a través de esas amplias cristaleras liberalizadas a la luz de las horas lectivas. Aún no habían sido cerradas, en su visión. por la construcción de ese primer piso de seminarios didácticos o departamentos en el argot actual. También hay que recordar aquellas clases de gimnasia, donde el atlético salto del potro o el plinto permitía caer en una recia colchoneta que descansaba en tierra firme, donde más de uno y de dos caían como si fueran al agua de una piscina. En la hora del recreo, a media mañana, todo eran carreras por llegar en buena posición hacia la pequeña dependencia donde estaban las famosas y suculentas pastas flora que vendía el Sr. Parrado, Conserje del Centro. Poco antes de las nueve de la mañana, los alumnos se uniformaban en filas paralelas “dejando una loseta libre con el compañero que te antecedía” y se entonaba algún himno patriótico, antes de marchar de forma ordenada a cada una de las aulas. Cuatro clases, más la media hora para el bocadillo, y otras tres clases, de cuatro a siete de la tarde. Por supuesto, “horas de 60 minutos” sin mayor discusión. La visita extraescolar más grata que recuerda su memoria fue aquella mañana de invierno en la que, junto a sus compañeros de grupo, fue a visitar la fábrica de Coca Cola, en esa Carretera de Cádiz aún virgen del omnipotente y avasallador cemento constructivo. Ese concurso de redacción anual, que convocaba la todopoderosa marca de refrescos, era todo un hito para aquellos que gustaban del escribir y el expresar. Y sonaban tambores, por un Paseo virgen para el tráfico rodado. Eran soldados de infantería, que hacían algo de instrucción utilizando la arteria que comunicaba el Estadio de La Rosaleda con el Puente de Armiñán. A paso de los años, los flancos de ese Paseo ha continuado siendo escuela de práctica para diversas bandas de música que saben alegrar la noche malacitana en Primavera, para las cofradías de nuestra Semana Santa.

Nuestro joven alumno abandonó ese año de Instituto con un expediente medianito en los dígitos, pero muy feliz por la grata experiencia vivida. Había conocido otra forma de aprender, enseñar, estar y disfrutar, para la sociabilidad y la cultura. Y su Instituto siguió creciendo, con todo el prestigio, para la Enseñanza Media de Málaga. Aunque el espíritu fisackiano permanece inmaculado, con los pilares tronconónicos y ese muro curvo hacia el cielo, en la antigua Capilla, hoy adaptada para otras funciones laicas, en este medio siglo para la memoria, la arquitectura del edificio ha tenido notables transformaciones. Cerramiento completo, nuevas dependencias académicas y administrativas y, como hemos comentado, una iglesia en curva hoy reconvertida para salón de actos. Reestructuraciones y adaptaciones que no han podido obviar los recuerdos de aquel Instituto Masculino de Málaga donde, a comienzos de los años ochenta, llegaron las primeras alumnas, dando una nota de alegría y normalidad a una comunidad educativa siempre valorada en los anales malacitanos. Precisamente, en el otoño de 1979, ese antiguo alumno volvió a su Instituto. Lo hizo ya como Profe de Secundaria. El Nombre del IES Ntra. Sra. de la Victoria estuvo sin dudarlo al frente de sus preferencias, delante de otros cuatrocientos destinos para el concurso de traslados de ese año. Y ese antiguo alumno y Profesor, trabajó y disfrutó en la que siempre fue su segunda casa, su segundo hogar, por espacio de treinta y un cursos completos. Pero hablar de estas tres largas y fructíferas décadas para el recuerdo, exigiría iniciar un nuevo relato para el sentimiento agradecido. Treinta y dos años, entre cincuenta, forman parte, en lo entrañable del corazón, de la historia en mi vida.

Felicidades agradecidas, IES. NTRA. SRA. DE LA VICTORIA. En lo sociológico, en lo cultural y en lo sentimental, sustentas una parte honorable de la Historia para esta ciudad. MÁLAGA.

José L. Casado Toro (viernes, 6 de mayo, 2011).

Profesor.

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