sábado, 2 de septiembre de 2017

EL PLACER DE ENSEÑAR Y LA ILUSIÓN DE APRENDER


Ya es una afortunada tradición, en los contenidos de este blog personal, que el primer artículo publicado en Septiembre esté preferentemente dedicado al trascendente entorno de la educación reglada. Este mes, en el que ya se halla incluida la estación meteorológica del Otoño, compite con Enero en los proyectos de cambio y novedad que las personas aplicamos a nuestras vidas. Uno y otro mes se hallan en el punto de partida de ese antes y ese después, a fin de renovar el peregrinaje existencial que representamos como humanos. Un nuevo año, un nuevo septiembre, son como fechas o períodos dinamizadores para conservar lo bueno y para mejorar aquello que aconseja ser modificado. Los proyectos, los cambios, los retos, las nuevas metas que ilusionadamente emprendemos, a partir de esa aritmética temporal, se manifiestan a través de una muy heterogénea gama de modalidades: estudio, deporte, alimentación, estilo de vida, opciones laborales, estética personal, aprendizajes, etc. Y, entre todas ellas, llega este nuevo Septiembre 2017, con la vuelta a las aulas de los niños y los jóvenes de todas las edades: educación preescolar, infantil, primaria, secundaria, bachillerato, universidad, ciclos formativos. También hay que citar, con una gran dinamismo en la actualidad, a todos aquellos “mayores” (normalmente, a partir de los 55 años) que acuden al entorno universitario para ampliar sus muy diversas bases de conocimiento.

Ismael, un joven y dinámico director con destino en un Instituto de Educación Secundaria, ha decidido restar unos días a su período vacacional para trabajar en la tranquilidad de su despacho durante la semana final de Agosto. Desde el sosegado silencio ambiental de un centro educativo, al que todavía no ha vuelto el saludable y sonoro vitalismo estudiantil, mantiene frecuentes contactos telefónicos, utilizando también la versátil comunicación electrónica de su ordenador, con su bien avenido equipo directivo. Aunque ya en Julio la organización del nuevo curso había quedado muy avanzada, son numerosos los “flecos” y los “frentes “ a cubrir, para la mejor y nueva andadura del inmediato período escolar. 

Esos quince días que median entre la vuelta de los profesores al centro y el inicio de las clases son (la experiencia lo avala) de una frenética actividad. Pruebas de recuperación, matrículas pendientes, claustros organizativos, elaboración de horarios, obras urgentes, integración de los nuevos profesores en su nuevo destino, programaciones de los distintos departamentos didácticos, más un largo listado de imprevistos que densifican el tiempo y condicionan el necesario equilibrio anímico, antes de la muy alegre llegada de esos más de cuatrocientos escolares para el comienzo oficial de las clases.

En estos últimos días de agosto, el director Ismael, Sophía la Jefa de Estudios y Marcos, el Secretario, han acordado reunirse en el centro educativo, a fin de ir “cerrando” algunos temas pendientes. En pocas horas, unos cuarenta y seis profesores que integran el claustro volverán de sus vacaciones veraniegas a fin de ir engrasando la maquinaria de un nuevo curso que se presenta con las consabidas dificultades presupuestarias, pero con el incentivo de nuevos e ilusionados objetivos profesionales a cumplir. En dicha reunión, tras comentar e ir resolviendo diversas cuestiones administrativas, el director plantea una interesante propuesta a sus compañeros de equipo:

“Recordaréis que hace años este Centro tenía la tradición de celebrar una académica o emblemática conferencia inaugural, con motivo del comienzo del nuevo curso. Dicha exposición era  pronunciada por algún miembro del Claustro de profesores o algún especialista invitado al evento. Al ser el contenido expuesto un tanto específico, en función de la titulación y preparación del conferenciante, la previsible extensión del mismo resultaba algo cansina para los profesores y alumnos invitados al acto. Por este motivo os propongo para la discusión, en primer lugar, que recuperemos la honorable celebración de estos actos inaugurales.  Pero además os sugiero que le demos un giro a estas intervenciones magistrales, en una línea más práctica y eficaz de cara a los receptores de esa exposición.

Se me ocurre la opción de organizar tres jornadas prácticas para los profesores, a celebrar entre lunes, miércoles y viernes, de unos 90 minutos de duración cada una, en la semana previa para el inicio de las clases. Esas tres sesiones, encuentros o jornadas,  estarían dedicadas a tres importantes áreas troncales del currículo escolar. Habría una de naturaleza lingüístico/humanística, una segunda de modalidad científico /tecnológica y una tercera centrada en torno a la acción tutorial y la coordinación familia/escuela. Estos tres bloques, a los que estarían invitados a asistir los departamentos implicados (además de cualquier profesor, padres o alumnos de bachillerato que así lo deseasen) estarían impartidos por antiguos profesores del Instituto, que mostraran su aceptación para transmitir sus sugerencias, opiniones y experiencias profesionales. En este sentido tendrían, de manera fundamental, un carácter práctico, coloquial y reflexivo, para su mejor y más inteligente utilidad”.

La propuesta de Ismael fue recogida con sumo interés por sus compañeros del equipo directivo que, con la mayor presteza, contactaron con muchos de los antiguos profesores ya jubilados y con otros profesionales, aún en activo, que en distintos períodos habían tenido relación o vinculación con la comunidad escolar. La tarea organizativa del evento llevó su tiempo, pues había que buscar un punto de unidad en los contenidos por parte de los ponentes invitados.

A las tres jornadas de reflexión asistieron la mayoría de los profesores del centro. Algunos eligieron sólo el día de la modalidad específica de su especialidad académica, aunque hubo miembros del Claustro que consideraron útil estar presentes durante las tres sesiones. El tercer día, dedicado a la acción tutorial y a la relación familia/centro educativo, contó con la asistencia de numerosos padres y madres, ya que el APA había difundido la invitación a través del correo electrónico y los whatsapps.
Al igual que otros miembros del Claustro, Cecilia, una joven profesora granadina que recientemente había superado las oposiciones y que llegaba al Instituto para realizar su fase de prácticas, fue recogiendo en el bloc facilitado a todos los asistentes aquellas frases o ideas que consideró más significativas e interesantes, de entre todas las expuestas por partes de los seis ponentes en las jornadas de reflexión (hubo al final dos intervinientes por cada sesión). Recojamos de su bloc o libreta muchas de estas anotaciones, sin establecer una estructura previa de las mismas. 

  1. Aunque tu experiencia docente sea muy dilatada en el tiempo, siempre es necesario preparar las clases del día siguiente. La improvisación tiene sus riesgos, por lo que es imprescindible y aconsejable esa organización previa de cada clase.
  2. Por mucho que disimules y teatralices, los alumnos captan y sufren tus improvisaciones. Si no te has preparado la clase, ellos se dan cuenta de inmediato. No puedes vender un producto viciado por tu pereza.
  3. Trata a tus alumnos como desearías que fuesen tratados tus propios hijos, por parte de sus respectivos profesores.
  4. Nunca olvides este principio o realidad básica: cada persona es diferente una de otra. Igual ocurre con los alumnos, en el proceso de su aprendizaje.
  5. ¿Por qué te centras y apoyas en los que más saben y no en los que más les cuesta? Éstos necesitan especialmente tu mayor entrega y dedicación
  6. Te pasas el curso evaluando el aprendizaje de tus alumnos ¿Aplicas también esa práctica evaluadora a tu propia labor como docente?
  7. Una cara amable, por tu parte, será en sumo agradecida por parte de aquéllos que están aprendiendo. Es un buen y eficaz principio pedagógico.
  8. ¿Por qué no miras con más frecuencia a los ojos de tus escolares?
  9. No te ufanes de tus conocimientos, si no sabes “llegar” y comunicar con los alumnos.
  10. Hay un valor que los alumnos captan desde el primer instante: ¿transmites credibilidad?
  11. Enseña a leer. Enseña a pensar. Enseña a disfrutar. Aunque sean alumnos de cursos superiores.
  12. Es más humano y honesto decir “ahora no lo sé” que “vender” un material falseado.
  13. Si no te sientes a gusto con lo que haces ¿por qué has elegido esta profesión?
  14. Si el alumno continúa sin entenderte, habrás de echar más imaginación al reto. Cambia la estrategia o ese camino que resulta estéril para el objetivo.
  15. ¿Por qué te empeñas, de manera tan tozuda y absurda, en que todos tus alumnos tienen el mismo nivel o la misma base de conocimiento?
  16. Qué enseñas ¿realidad o ficción? Hazte esta pregunta con frecuencia.
  17. ¿Nunca te has planteado que tú eres el primer aprendiz en el aula? La humildad es un gran y hermoso valor.
  18. ¿Por qué sigues hablando y pronunciando el idioma foráneo con esa velocidad, si te están diciendo con sus ojos que ni te entienden ni pueden seguirte?
  19. ¿Vas a clase buscando tu propio lucimiento o el que otros aprendan?
  20. Tienes que tener un especial cuidado con las bromas. Igual no tienes gracia en tus chascarrillos y empobreces la atmósfera colectiva del aula.
  21. Cuando un alumno asume que le engañas, difícilmente volverá a creer en ti.
  22. Si la enseñanza te aburre ¿por qué sigues ahí? Sufren ellos y tú también.
  23. ¿No te has preguntado el por qué continúa triste o “ausente” aquel chico de la tercera mesa?
  24. No son tonterías, “bromas” o cosas de críos. Es bullying puro y duro. Toma conciencia de que esa alumna lo está pasando muy mal, aunque ella haga como que se ríe. Tienes la obligación y responsabilidad de intervenir.
  25. Cuando ridiculizas a tu interlocutor estás mostrando, para tu propia vergüenza, lo peor que hay en ti.
  26. ¿Por dónde vamos? Esa pregunta a los alumnos demuestra tu falta de control de la programación. Lleva al día una agenda de clase.
  27. Si el temario es inasumible, utiliza la “tijera” con imaginación, racionalidad y sentido común. Valora y prioriza la utilidad práctica de los contenidos.
  28. Hablas y explicas para ti, no lo haces para los demás. Bájate de una vez de ese ridículo e impresentable pedestal.
  29. Trata de olvidarte de la silla que tienes detrás de tu mesa. Está ahí puesta sólo para una situación de emergencia.
  30. Llegas al aula “cabreado”. Y ellos ¿qué culpa tienen?
  31. Dices que transmites conocimientos. ¿Eres también capaz de transmitir ilusiones?
  32. Tú no eres el protagonista del aula. Hay, sin duda, treinta jóvenes protagonistas, más importantes que tú.
  33. ¿Todavía no te has enterado de que existe el principio pedagógico, inexcusable, de la atención a la diversidad? Hay que aplicarlo.
  34. No digas que eres dialogante y receptivo, si después te molestas y enfadas con la sinceridad de los demás.
  35. Esa rebeldía que muestran determinados alumnos puede tener su origen (es muy probable) en el contexto familiar donde aquéllos se integran. Debes promover un inmediato diálogo con sus padres y el tutor del grupo.
  36. El castigo siempre supone un triste fracaso, estructural y personal.
  37. Unas palabras amables, pero firmes, suelen ser más eficaces que los gritos y otros gestos plenos de acritud.
  38. Cuando se abusa del “no se puede” hay que pensar en que existe el “sí se puede”.
  39. En los momentos de tensión resulta desaconsejable la adopción de medidas correctoras. Puedes arrepentirte después de esa primera reacción visceral.
  40. El aula no es el lugar adecuado para desahogar los problemas personales del profesor. Y en esto nos equivocamos con demasiada frecuencia.
  41. Cuando dialogues con los padres, debes mirarles también a los ojos. A ellos también hay que transmitirles credibilidad.
  42. Lo primero que hay que recordar a unos padres, con la suficiente delicadeza y a la vez firmeza, es la ineludible responsabilidad que han contraído trayendo un hijo a la vida.
  43. Como tutor o profesor es necesario mantener la coordinación con los demás profesores del grupo, además de la Jefatura de Estudios y el departamento de Orientación. La Delegación de Educación también tiene equipos especializados que te pueden ayudar en determinados conflictos.
  44. Cuando se corrige un trabajo hay que valorar también los aspectos positivos que contenga. Son demasiadas las veces que nos centramos sólo en la búsqueda de los errores. Lo “bueno” debe puntuar también.
  45. Es humano que unos alumnos nos puedan caer mejor que otros. Sin embargo es ineludible el ser muy equilibrado y justo con todos. En este terreno los errores y favoritismos en el trato personal causan mucho dolor a sus posibles receptores.  
  46. Como mejor se aprende es “haciéndolo”. La teoría es necesaria, pero es aún más importante la práctica de ese contenido conceptual
  47. Las denominadas NN.TT. son útiles y muy necesarias para el ejercicio docente. Pero no olvides que fuimos muchos los que aprendimos, además de con la tiza y la pizarra, con esos instrumentos básicos que integran la palabra, la imaginación y el ejemplo del profesor.
  48. ¿Y “esto” que estudiamos para qué sirve, Profe? Si no tienes una buena respuesta, debes calibrar la importancia real de esos contenidos que se están trabajando. La utilidad, inmediata o mediata, es un básico referente que justifica la programación diaria en el aula.
  49. Sin duda los contenidos teóricos son necesarios, pero lo es aún mucho más la aplicación práctica de los mismos. No es suficiente que tú seas especialmente diestro en la realización de los ejercicios. Es más importante que sean los propios alumnos quienes demuestren esa destreza.
  50. Enseña, con la fuerza y magia de la ilusión, el mejor y autónomo camino del aprendizaje.

En su largo magisterio profesional, esta vocacional profesora quiso y supo conservar aquel “manoseado” y apreciado bloc, con las notas y apuntes que había ido tomando durante las tres intensas jornadas para el inicio del curso escolar, 1979-80. Aplicó el acertado hábito de ir repasando el contenido de estas sugerencias, antes del comienzo de cada nuevo periplo escolar. Incluso supo ir añadiendo otras muchas consideraciones y experiencias personales en el desarrollo de su trabajo, tanto en éste como en otros centros educativos, de titularidad pública, donde estuvo prestando servicio como funcionaria docente y educadora.-

José L. Casado Toro (viernes, 1 Septiembre 2017)
Antiguo profesor del I.E.S. Ntra. Sra. de la Victoria. Málaga


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