viernes, 5 de noviembre de 2010

TRES DIAS DE CINE, Y UNA DANZA PARA SOÑAR


Y tú ¿cómo te enteras de estas cosas? Pues dedicando unos minutos, en el amanecer de cada día, a la lectura de los principales diarios digitales. Especialmente, a los que se publican en mi propia ciudad. Llámense agendas, ocio, espectáculos, ¿qué hacer hoy? páginas culturales…. los periódicos dedican una sección a sintetizar las actividades más destacadas que habrán de tener lugar, principalmente, en horas de tarde. Se ofertan eventos de todo tipo y naturaleza: Centro Cultural Provincial, el Ámbito Cultural en El Corte Inglés, el Ateneo, los teatros Cánovas, Alameda y Cervantes, el Centro del Arte Contemporáneo, el Auditorio de la Diputación, el Centro de Iniciativas Universitarias….. ¡Oye, pues me has dado una buena idea!.

Dialogaba con mi desconocida y joven interlocutora, en el Salón de Actos del Rectorado de la Universidad de Málaga. Ese día nos alegraba la tarde (aún con una tibia caricia térmica, del final veraniego) la figura admirada y prestigiosa que representa Antonio Fraguas de Pablo “Forges” (Madrid, 1942). Comprobaba en mi pequeña agenda las notaciones de actividades para los próximos días, cuando se generó una breve, pero simpática, conversación acerca de las posibilidades culturales que se programan en Málaga para cada uno de los días de la semana. Es de agradecer que instituciones públicas y, también, muchas de titularidad privada convoquen a la ciudadanía con ofertas muy variadas, vinculadas al entorno de la música, la literatura, la cinematografía, la interpretación teatral, la política, la danza y el arte. La significación de la cultura, para nuestra formación y enriquecimiento en valores. También, hay que manifestarlo en su reconocimiento. No pocas de esas actividades son gratuitas, o de precio muy asequible, para los asistentes a las mismas.

Y esta semana se ha visto presidida, en sus inicios, con la mágica sencillez de tres días inolvidables de cine. ¡Cuántas páginas de las buenas letras se han visto adornadas con el alimento, para el alma y la inteligencia, que supone la trama argumental e interpretativa de CASABLANCA! (Michael Curtis, 1942). Fue proyectada en la Filmoteca del Centro Cultural Provincial, en una programación de cuatro Clásicos Básicos (la próxima será Mogambo). Tras una puntual introducción del técnico en cinematografía Juan Maldonado, nos llega una bella y triste historia de amor, fidelidad e idealismo. Todo ello, en el contexto de la 2ª Guerra Mundial, allá en el territorio colonial francés de Marruecos, y con media Francia ocupada por las tropas alemanas de Adolfo Hitler. Y resalta ese triángulo protagonista, representado en sus vértices humanos por Rick Blane, ese americano hombre de mundo que encontró la ilusión del amor en una preciosa mujer, Ilsa Lund, casada con el líder de la resistencia checa antiinazi Víctor Laszlo. Es una dialéctica de sentimientos, lealtades y principios donde el amor alcanza sus más altas cotas en lo sublime, ante el dolor de la renuncia y la grandeza del ideal. Para su amor imposible, “siempre nos quedará París” en el corazón del recuerdo y la amistad. Los ojos angelicales de Ingrid Bergman y la entereza ante el sufrimiento de Humphrey Bogart merecen una profunda reflexión acerca del buen cine, donde se unen la sencillez de una historia bien narrada con la grandeza interpretativa de unos actores que convencen porque resultan creíbles, verdaderos. Humanos. Es una película que se puede visionar una y mil veces, para mimetizar y revivir con sus protagonistas la fuerza de los sentimientos y el valor de la fidelidad. La nostálgica música de la canción El tiempo pasará dosifica el romanticismo que irradia esa historia donde el amor y la guerra se unen en el dolor y la ilusión imposible.

¿Por qué trata con una cierta dureza a personajes masculinos, en el desarrollo de la película? ¿Es complicado dirigir la interpretación de un niño, durante el rodaje de la cinta? ¿Cuánto hay de base biográfica personal, en las mujeres que intervienen en la trama? Aunque no narre su argumento ¿qué proyecto cinematográfico nos tiene preparado para el futuro? Y para esa mujer ¿en quien ha pensado como actriz? No sé si hubo alguna pregunta más, por mi parte. Respondía, a estas mis cinco preguntas y a otras muchas de los asistentes, la directora de cine, escritora de sus guiones y actriz ocasional Gracia Querejeta (Madrid, 1962). Resulta interesantísimo, tras el visionado de una película, el diálogo abierto y sencillo con la persona que la ha dirigido. Tras un lunes en Casablanca, el martes nos deparó la proyección de SIETE MESAS DE BILLAR FRANCÉS (2007) en la que los muchos espectadores que asistimos al Teatro-Cine Alameda pudimos mantener esa amable e instructiva conversación, gracias la Fundación UNICAJA en su programa “Encuentros con directores de Cine”. Se trata de una historia de ilusiones y frustraciones al tiempo, con esos personajes cotidianos que comparten tu existencia en los bares, jardines o en el ascensor de tu bloque. Y un negocio donde se juega al billar, espacio que nuclea a hombres y mujeres que sufren, aman y luchan contra el desamor y la soledad, en el transcurso de cada minuto, día y circunstancia, durante la humildad y grandeza de sus vidas. Maribel Verdú (Madrid, 1970) realiza una interpretación muy natural y convincente en el papel de Ángela. Ha de enfrentarse al egoísmo de su padre, la infidelidad de su marido, su responsabilidad como madre y a la difícil relación con la amante de su padre (recién fallecido) mujer de una complicada estructura psicológica. Maribel, premio Goya por esta película, realiza una sencilla, pero muy humana en su grandeza, interpretación. Por cierto, Gracia Querejeta sí nos narró el argumento de esa su próxima película, que ya tiene escrita para el deleite de los espectadores. Una mujer a quien le ha tocado el premio de la Primitiva……. Sobra añadir el nombre de la persona quien ya ha aceptado interpretarla.

Y ya para el miércoles, Parlami d´amore (HABLAME DE AMOR) 2009, en versión original subtitulada. El salón de actos del Centro de Arte Contemporáneo no se caracteriza por su comodidad mobiliaria y estructural, pero es de agradecer que nos regale unos ciclos de cine alternativos a la maquinaria económica del imperio hollywoodiense. Cajamar y la Asociación Dante Alighieri colaboran con esta difusión del cine italiano contemporáneo. Comedia romántica y drama profundo, al tiempo, el que envuelve a los personajes de Sasha, Nicole, Benedetta, en un mundo donde la drogodependencia, la necesidad de cariño, la terrible búsqueda del equilibrio afectivo, marca todo el metraje de esta cinta dirigida por Silvio Muccino, quien a la vez es su protagonista masculino. Aitana Sánchez Gijón hace una de las interpretaciones más convincente de su equilibrada carrera. De toda formas, me impresionó el patetismo vital de la joven Benedetta. Agraciada en lo material, pero terriblemente huérfana y desorientada en lo espiritual. Esos tres personajes, junto a otros complementarios en la trama, luchan denodadamente por encontrar una explicación a su soledad afectiva, en ese sendero de indicaciones difusas que pueda conducirles a un destino donde el amor y la amistad justifique el sentido de su solitaria y vacía existencia.

Y llegó el jueves. La Sala Espaciu, en el Centro de Iniciativas Universitarias nos hizo viajar por el mundo de la danza y la música árabe, en un espectáculo para los sentidos, denominado JALAJIL. Pero esta experiencia pertenece ya a otra historia.

Hay que valorar en su generosidad esta amplia oferta cultural que se nos ofrece para cada uno de los días en la semana. Normalmente, gratuita en su coste. Valiosa en su contenido, para tu tiempo disponible, necesidad intelectual o afición lúdica de tu carácter. El problema, en no pocas ocasiones, proviene de tener que elegir entre varias oportunidades que se aglomeran para determinadas tardes de la agenda programada. A veces aciertas en la opción elegida. Otras, te hacen añorar el momento, ya perdido, en que pudiste decidirte por desplazarte a otra de las ofertas culturales vespertinas. En todo caso, si las obligaciones laborales o personales lo permiten, siempre quedará la cartelera del Albéniz. O el Alameda. A buen seguro te puedes encontrar a Rick Blane, hundido en su tristeza ante el recuerdo de la presencia maravillosa de Ilsa; dolorido ante el desamor inexplicado de aquel Paris en tiempos de guerra y musitando esa frase entristecida “De todos los bares en todos los pueblos en todo el mundo, ella entra en el mío”. Para ellos, en su amor imposible, siempre les quedará París. Para nosotros, en la privacidad de nuestros anhelos y realidades, podremos decir, como el mismo Rick. “Creo que éste es el principio de una gran amistad”.

Te propongo UNA EXPERIENCIA en sumo interesante y por demás muy enriquecedora, para cuando visites una sala de cine. O de teatro. En cualquier espectáculo, al que asistas, puede ser válida. Deja por unos segundos de mirar a la gran pantalla o al escenario donde los actores recrean otras vidas, sentimientos, luces, rutinas y estrellas. Y observa. Observa de soslayo, a esa frágil compañera de asiento. O aquel hombre solitario que siempre se suele sentar en la misma zona de la sala. Y aquellos jóvenes… que pueden compartir una relación de pareja. Contempla, analiza e imagina sus expresiones, sus gestos, su mímica expresiva como respuesta a lo que acontece en pantalla. Verás como algunos disimulan lágrimas. Y como otros desaprueban comportamientos y respuestas. Ahí, una fila adelante, un glotón engulle y engulle, para gloria y carisma de su poblada y densa cintura. Mientras éste dormita, su compañera de butaca piensa y repiensa en ese problema íntimo que le traslada a otro lugar, a otra circunstancia. No son pocos los que juguetean y leen los mensajes que deslumbran en la oscuridad de la noche, con esos móviles que de forma intempestiva claman en la incómoda frialdad de la mañana. Lees la alegría que mimetiza la actriz protagonista, en esa joven de mirada noble, fino cuerpo, dulces ojos y manos entrelazadas. También, la tristeza relacional en aquella pareja que continúan en su inercia juntas pero, cada vez más, alejadas. En su comunicación. También, en su semblanza. Y necesitarías hablar con él o con ella. Pero, no te atreves. Hay un muro o barrera infranqueable para tu ansiedad vital. La necedad social te condiciona. Pues…. no les conoces de nada. Bueno, como estoy narrando, hay dos películas en la sala. O miles de historias en su silencio o en el sutil griterío de sus gestos, movimientos y transparencias del alma. En realidad es tu imaginación, que se hace real, creando vivencias, dibujando emociones o soñando el rítmico sentido del latir en las palabras. Volvamos a convivir pues, en un necesario equilibrio, con la magia de esa otra gran pantalla.-

José L. Casado Toro (viernes 5 noviembre 2010)

Profesor


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