viernes, 4 de marzo de 2016

EDUCAR PARA EL CIVISMO, EN EL SENO DE UNA SOCIEDAD CONFUSA.

Es una mañana de Primavera, en un centro de formación secundaria al que asisten más de seiscientos adolescentes. En unos minutos intermedios, para el intercambio de aula, dos profesores conversan, mientras preparan unos bloques de exámenes ya corregidos para llevar a sus respectivos grupos de alumnos. Marcos comenta con pesar que, para esa última clase del día, le corresponde la hora de tutoría semanal. Se trata de un joven profesional, titulado en Matemáticas, que superó las oposiciones para docente hace apenas dos cursos. Le confiesa a su compañero de claustro, Braulio, un veterano profesional licenciado en Filosofía, que no tiene nada preparado para esa última clase del día. “Es que han sido muchas horas de clase. Tanto los alumnos como nosotros nos sentimos ya un tanto cansados. Y, para colmo, una hora de tutoría. Veremos cómo la pasamos. Tendría que haberla organizado, pero ahora no me queda más remedio que improvisar”

Mientras ambos caminan por los pasillos del centro, una vez que ha sonado el segundo timbre para el comienzo de la última clase, Braulio sugiere a su compañero que realice alguna actividad útil y formativa, durante esos minutos de acción tutorial, al margen de los contenidos programados en las distintas disciplinas o materias. Y, antes de entrar en sus respectivas aulas, acaba proponiéndole que ambos se reúnan alguna tarde a fin de poder explicarle, con una mayor tranquilidad,  el plan de acción tutorial que él ha ido consolidando a lo largo de sus años de ejercicio en la docencia. Su joven compañero valora y agradece el gesto, quedando ambos para verse en la tarde del viernes de esa misma semana.

Marcos piensa que la veteranía en cualquier profesión siempre es importante aunque, en el caso de la educación para adolescentes, este valor se potencia, dada la complejidad de factores que influyen y condicionan la difícil edad que tienen esos estudiantes. Pensando en su inexperiencia docente, considera que la generosa información que le transmitirá su compañero habrá de serle sumamente útil a fin de mejorar la profesionalidad en su trabajo.

A la hora previamente acordada, en el inicio de ese “finde” primaveral, ambos comparten y disfrutan unas tazas de té en una céntrico establecimiento próximo a la catedral malacitana. El protagonismo inicial de la conversación recae en Braulio, aunque lógicamente se mostrará receptivo a las preguntas que Marcos plantee con respecto a la importante temática de la acción tutorial. Es un campo de actividad en el que este veterano profesor de filosofía ha trabajado en profundidad, durante su ya larga trayectoria en los claustros de la enseñanza.

“No, no me importa que fumes, Marcos, pero entonces nos tendremos que sentar junto a una de las mesitas de la calle. Hoy hace un día esplque realizarasida. Dos personas, de suconsidera que la generosa informaciéndido. De todas formas, estás en una edad maravillosa para abandonar la dependencia de los cigarrillos y favorecer tu salud. Ya sabes  que ese humo, que ensucia tu organismo, te va a pasar factura. No lo dudes. Sé fuerte y aplica la inteligencia. Todo es cuestión de voluntad y buscarle al tabaco un buen sustitutivo” 

La tarde comenzaba de manera distendida. Dos personas notablemente contrastadas, en su edad y experiencia, trataban de hallar un punto de proximidad, con dos objetivos coincidentes. En un caso, compartir para siempre aprender. En el otro protagonista, aprender para también compartir.

“Yo creo que la acción tutorial supone una de las funciones más importantes que todo profesor puede disfrutar, además de explicar y motivar para el aprendizaje de la materia en la que se halle especializado. Y en esta trascendental tarea, la de ayudar en la formación integral de la persona, junto a las entrevistas individuales, la imprescindible relación y coordinación con la familia, además del trabajo en equipo con el resto de los profesores, está por supuesto esa hora semanal de acción colectiva. Curiosamente muchos educadores no saben rentabilizar la valiosa utilidad de esos sesenta minutos semanales, que la estructura horaria pone entre nuestras manos. En este campo, sería interesante que realizaras unas encuestas a tus alumnos acerca de cuáles son aquellos temas que más les interesan, a fin de plantear su comentario en un vivo debate. A buen seguro que los escolares te van a indicar muchas pistas y rutas para que nunca más tiendas a preguntarte ¿y qué hago en esta hora, ya en el final de la mañana?

En mi opinión, compañero Marcos, yo creo que, cada día más, nuestros adolescentes padecen una falta o carencia de formación cívica. En primer lugar, porque el ejemplo que reciben en la sociedad, en los medios de difusión (prensa, radio, televisión, Internet…) y, sobre todo, entre las familias donde están integrados, deja mucho que desear.  En los tiempos que nos ha correspondido vivir, nuestras vidas están  exageradamente aceleradas y no valoramos bien de que los jóvenes de hoy serán las personas adultas en los próximos años. Y ellos van a ser también elementos transmisores de aquello que han recibido de su entorno social, familiar y educativo. La verdad es que, cuando salimos a la calle o en nuestros propios barrios y domicilios, vemos y sufrimos esa carencia de adecuados comportamientos cívicos, no sólo en la gente joven, por supuesto, sino también en muchas personas mayores que deberían extremar el buen ejemplo en sus actos cotidianos”.

“Si, por supuesto, entiendo y comprendo lo que dices, Braulio. Pero a esa hora mágica, de la una y media, después de que por las clases han pasado las Matemáticas, la Historia, los idiomas, la Educación Física, la Biología, el Lenguaje y la Literatura, la Tecnología, la Filosofía… y todas las demás materias, llegas tú, bastante cansado también, a dinamizar la acción tutorial, cuando todos estamos ya deseando la vuelta a casa ¿Qué temas o actividades vas a hacer o vas a poder “vender”, a esa hora de la mañana? Me hablas de la formación cívica… ¿No es así?”

“Efectivamente, te he traído un par de cuartillas, con ideas orientadoras para hablar y comentar en el aula durante esa valiosa hora semanal. Estas sugerencias están centradas, básicamente, en los comportamientos cívicos que, de manera penosa, vamos descuidando y relegando en nuestros actos, frente a otros incentivos más atrayentes y sugestivos. Y el incumplimiento positivo de los mismos degrada y entorpece nuestra convivencia. Te paso esta relación que, obviamente, es incompleta. Planteo un campo abierto de simples ideas para enriquecer, completar y, necesariamente, comentar. Están redactadas de manera esquemática para que, posteriormente, puedan ser desarrolladas. Veamos qué opinión te merecen”.

1.             Es necesario utilizar las papeleras ubicadas en las calles, plazas, jardines y playas.
2.             Las bolsas de residuos deben estar bien cerradas, antes de llevarlas por la noche a sus respectivos contenedores.
3.             Hay que evitar arrojar al suelo papeles, envoltorios, colillas de cigarros y restos de alimentos.
4.             Diferenciemos los residuos en los contenedores de distintos colores.
5.             Evitemos echar residuos líquidos dentro de las bolsas de la basura.
6.             ¿Tiene algún sentido realizar pintadas y grafitis en las paredes, muros y persianas de los edificios?
7.             Es penosa la imagen que ofrecemos al escupir en la vía pública.
8.             Es obligatorio recoger y limpiar los excrementos de nuestras mascotas.
9.             ¿Por qué no barrer y limpiar la puerta de mi piso o establecimiento?
10.          Escupir, pintar, ensuciar y fumar en el ascensor, o en el portal del edificio, perjudica a todos los vecinos y usuarios del inmueble.
11.          Balcones y terrazas lucen más cuando se les adorna con macetas y setos de flores.
12.          Cuidar y embellecer los jardines tiene muchos beneficios para la ciudadanía
13.          Maltratar a los animales es cruel  y envilece a la persona que lo hace.
14.          Guarda tus residuos (latas, envases, papeles, alimentos) en una bolsa cuando salgas a la naturaleza.
15.          Sacudir alfombras desde las terrazas y balcones perjudica a los vecinos que viven debajo o a las personas que pasean por las aceras.
16.          Tender la ropa lavada hacia la vía pública ofrece una imagen estética  poco agradable de ciudad.
17.          En los autobuses, trenes y espectáculos, no deben ponerse los pies encima de los asientos.
18.          Se debe ceder el asiento, tanto en el transporte como en los jardines públicos, a las personas mayores o impedidas.
19.          Hay que ayudar, en sus necesidades de movimiento o traslado, a las personas disminuidas en su autonomía.  
20.          Las bicicletas deben circular por los carriles bici y los peatones evitarán invadirlos.
21.          Circular por los carriles dedicados a los autobuses y taxis ralentiza y entorpece la fluidez del tráfico.
22.          Cuando conduzcas tienes que ceder, con rapidez e inteligencia, el paso a las ambulancias y vehículos de la policía.
23.          Aparcar o detener el coche en doble fila perjudica al tráfico viario y a los vehículos estacionados correctamente.
24.          En modo alguno utilices el móvil cuando estés conduciendo. Hacerlo supone un grave riesgo para tu vida y la seguridad de los demás.
25.          Los peatones ponen en riesgo su vida y el tráfico viario al cruzar y caminar por lugares no señalizados.
26.          En las carreteras, se debe caminar por tu carril izquierdo en los arcenes.
27.          Es necesario extremar el silencio cuando se asiste a los cines, teatros, conciertos, conferencias y bibliotecas.
28.          Hay que enmudecer o apagar el móvil en cines, teatros, conciertos, conferencias y bibliotecas. 
29.          Evita acudir a espectáculos en recintos cerrados, cuando padezcas un fuerte resfriado. No es bueno difundir tus microbios.
30.          No hay que estornudar encima de las demás personas.
31.          Respeta el orden de cola en las paradas de buses, comercios y entradas a los espectáculos. Pregunta quién ocupa el último lugar.
32.          El aseo personal es sumamente importante. Los demás no tienen por qué soportar tu mal olor.
33.          No malgastes el agua de los grifos y baños.
34.          Utiliza el transporte público y, siempre que puedas, practica el saludable e inteligente ejercicio de caminar.
35.          Hacer ruidos con la boca, al consumir alimentos, ofrece una muy penosa imagen.
36.          El sonido elevado de tu equipo de música, televisión o radio puede impedir la tranquilidad y el necesario descanso de tus vecinos.
37.          Cuando entras en un lugar (autobús, biblioteca, tienda, aula de clase, etc.) es siempre conveniente saludar a la persona encargada.
38.          ¿Sueles responder con rapidez, a las cartas y correos que recibes?
39.          No tiene sentido “colgar” imágenes, fotos o textos inapropiados en Internet. Puede ser incluso delictivo.
40.          Cuando tomes fotos, no debes molestar a las personas situadas en el foco de tu objetivo.
41.          ¿Te alegras del éxito de tus compañeros, amigos, vecinos o familiares?
42.          ¿Qué haces cuando encuentras algún objeto de valor perdido en la calle?
43.          Cuando entres en un lugar con el paraguas goteando, busca un paragüero o solicita una bolsa de plástico para guardarlo.
44.          Escucha, con respeto, cuando otro interlocutor esté en el uso de la palabra.
45.          ¿Eres tolerante con las ideas, con la forma de vestir y de comportarse en los demás?
46.          Te sientes bien cuando alguien te presta ayuda  ¿Lo haces tú también con aquellas personas próximas en tu vida?  
47.          ¿Sabes practicar el valor solidario de compartir? Te sentirás mejor si así lo haces.
48.          Respeta a tus mayores y aprende de los niños.
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50.          ………………………………………………………………………………………………….

“Verdaderamente, Braulio, este material me va a resultar muy útil. Su contenido es aprovechable y sugerente. Entiendo que puede faltar alguna que otra aportación. Pero no creo que nada de lo que sugieres en estas cuartillas este sobrando o no pueda ser rentable para su aplicación en el aula.

Estoy también de acuerdo en lo que comentabas al principio. El contexto y la mentalidad social en que nos movemos influye en muchos de los hábitos educativos de los críos. Pero, sobre todo, la influencia y la responsabilidad familiar es más que incuestionable y decisiva, en las respuestas cívicas de los más jóvenes. Habría que someter este cuestionario a muchos padres y a muchas madres. Si desde la infancia los hijos reciben un desacertado ejemplo por parte de sus progenitores, esos penosos hábitos influirán en su carácter y comportamiento social.

Puede ser exagerado creer en los milagros generados desde la escuela, pero desde luego no nos vamos a quedar con los brazos cruzados. No quiero decir con esto que pretendamos crear conflictos de valores familiares, pero desde luego sí debemos razonar y convencer a nuestros alumnos que otro camino es posible a muchos de sus inadecuados o desacertados hábitos cívicos. A través del diálogo no vamos a imponer, sino a convencer”.

Los dos compañeros de claustro continuaron conversando una hora más, en su amistosa y provechosa merienda. Aunque ambos pertenecen a diferentes departamentos didácticos, en su centro de secundaria, las Matemáticas y la Filosofía no son materias tan alejadas o contrastadas para el acercamiento y la proximidad conceptual. En realidad, cualquier materia disciplinaria utiliza una metodología, para la investigación y la enseñanza, que se halla enmarcada en unos parámetros uniformes dentro de la necesaria estructura científica.

La madurez y experiencia consolidada de Braulio sincronizaba perfectamente con la juvenil e ilusionada fortaleza de Marcos. La tarde había sido fructífera para dos profesionales preocupados por mejorar la calidad de su importante trabajo: la formación de todos aquéllos que algún día habrán de regir el protagonismo social.-


José L. Casado Toro (viernes, 4 Marzo 2016)
Antiguo profesor I.E.S. Ntra. Sra. de la Victoria. Málaga


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