viernes, 19 de diciembre de 2014

MULTISERVICIOS MERRY CHRISTMAS.


“Buenos días. Llamaba a este número, porque he visto en Internet las actividades que presta su empresa y podía interesarme, en especial, uno de sus servicios. Si me permite unos minutos, le explico básicamente mi situación a fin de que puedan entender mejor el objeto de esta necesidad. Verá…. vivo solo, desde hace ya muchos años. Mi profesión era de técnico en electrónica, pero tuve que dejar de trabajar debido a un accidente que sufrí en el ejercicio de esa actividad. Estuve casado y sin hijos, pero mi relación con la que fue mi mujer se rompió precisamente un tiempo después de ese problema laboral, el cual exigió una muy lenta y sufrida recuperación. Aunque me he habituado, al paso de los años, a este tipo de vida solitaria, en determinadas fechas lo sobrellevo bastante mal. Especialmente en Navidad, donde ves que las festividades se celebran en unión de otras personas. Sin embargo tu tienes que hacerlo sin más compañía que la de tu propia persona. Tengo algunos amigos pero, como es natural, cada uno tiene su historia en esos días tan señaladas por el calendario.

Y ya en concreto ¿podrían informarme si alguna de esas prestaciones que he leído en su página web se adapta a mis necesidades? Me refiero a la noche del 24… creo que me entiende. Es Nochebuena y pasarla solo en casa resulta muy duro. Se preguntará por mis familiares…. Aunque soy hijo único, tengo algunos primos en la zona de Cataluña, aunque nuestro trato, desde siempre, ha sido bastante frío y prácticamente no existe comunicación entre nosotros. En fin ¿me pueden ayudar para esa noche del 24 y tal vez la del 31?  ¿Qué es lo que ofrecen y cuáles son sus condiciones?”

Eloy había estado dando las vueltas, durante días, a esta posibilidad que había conocido a través del buscador Google. Era consciente que se acercaban en el calendario esas entrañables festividades y pesaban en su memoria las experiencias vividas en años anteriores, donde la depresión hizo fácil mella en su vapuleado equilibrio anímico. Algo había visto en el cine sobre el tema, pero ahora era él el protagonista de esta decisión, que le había costado bastante esfuerzo adoptar. Por supuesto que carecía de experiencia previa en la misma, sin embargo esa página de Internet parecía bastante seria y convincente. Al fin se lanzaba a llamar en esa teatralizada puerta de la simulación escénica.

Sr. Tendilla. Le he entendido perfectamente y paso a informarle, grosso modo, de nuestros servicios. Lógicamente Vd. podrá hacer, tras evaluar sus necesidades y costes, una concreción más exacta de su petición. Pero debo aclararle que para la Noche del 24 tenemos ya una importante demanda, por lo que contratar sólo ese día va a resultar bastante complicado. Otra cosa sería si Vd. optara por un paquete vinculado, Nochebuena – Fin de Año, que ahora ofrecemos con un 15 % de descuento sobre los precios en tarifa. En este caso, con la duplicidad de sesiones, no habría dificultad para atender a sus deseos. En todo caso si sólo opta a la cena del 24, le voy a inscribir en lista de espera. Bueno, le explico el conjunto de nuestros servicios.

Nuestro pack comprende todo el catering correspondiente, con tres niveles cualitativos en la comida y bebida, según costes. Puede optar también entre uno y seis acompañantes, vinculados a una variada gama de edad, siempre a partir de los dieciséis años y hasta incluso los ochenta. Estas personas mayores van a desempeñar el rol del abuelo que vive con sus hijos. Obviamente, pueden ser del género masculino y femenino. También Vd. decide si prefiere árbol o belén. Tenemos una amplia gama de villancicos, tanto de corte clásico (como La Marimorena, Ya vienen los Reyes o Los peces en el río) o algunos más modernos, interpretados por Lennon, Celine Dion o Sinatra). No faltará tampoco el popular Christmas Carol, Silent Night. Las personas que le acompañarán en la Noche, mantendrán muy bien la velada, entonarán canciones, compartirán su mesa y le sugerirán diversas llamadas a familiares y amigos. También Vd. recibirá llamadas telefónicas o mensajes de correo electrónico, inesperados pero muy simpáticos y cariñosos.

Un servicio reciente que hemos incorporado a nuestro pack es el de la llegada a casa de un pariente lejano, generalmente arruinado pero muy cariñoso y necesitado, que pide ayuda para esa emblemática noche. Se trata con ello de motivar al cliente a fin de  que  desarrolle un gesto caritativo y fraternal.

En caso de mostrarse interesado también por la Noche de Fin de Año, nuestros actores realizarían un sugerente  cotillón, con música y baile, en función del espacio disponible y sus apetencias. Habrá zambombas, panderetas… incluso esa botella de aguardiente que facilita tan acústicos sonidos.  Le aseguramos que no se va a aburrir o entristecer con estos expertos profesionales, personas cualificadamente preparadas para estos singulares eventos. Al la finalización de la velada, un equipo técnico pasará por su domicilio a fin de recoger todos los enseres aportados, dejándole el piso en las mejores condiciones de orden y limpieza. Le aseguro que todo le va a parecer muy cercano a la realidad. Incluso mejor de lo que Vd podría pensar o esperar. Obviamente, todo ello conlleva un coste, pero los excelentes resultados que estamos obteniendo en situaciones similares avalan nuestro prestigio y mejor hacer”.

Cuando Eloy conoció algunos precios orientativos, por el servicio que pretendía contratar, quedó presa del asombro. Le vino a la mente esa evidencia de que la moneda puede abrir muchas puertas aunque, realzando la segunda parte del dicho, no todas, por supuesto. Ciertamente tenía unos ahorros dispuestos para darse esa ilusión o experiencia, en esa fecha tan señalada en el almanaque que la Noche del 24. Pero, aun gustándole esa golosina de la travesura, a fin de realzar su alicaído ánimo, quiso pensárselo mejor. Aún faltaban dos semanas, para ese temido miércoles de celebración. Rogó que no lo borraran de la lista de espera, pero que daría la respuesta definitiva a no tardar. Eso sí, tuvo que dejar una señal económica, a fondo perdido, para el caso de renunciar al contrato, siempre que fuese llamado para concretar la compra del servicio o celebración. Cincuenta euros de garantía, cifra que estaba en consonancia con lo que tendría que abonar (por encima de los dos mil quinientos euros) en caso de que al fin fuese elegido para recibir a los figurantes de su gran cena.

Eloy, en la actualidad, vive la situación de su retiro laboral, tras haber trabajado durante treinta y siete años en la Administración pública. Le ha quedado una buena pensión económica, situación más que desahogada para una sola persona. No tiene obligaciones con respecto a su ex ya que, en el momento de la ruptura, ambos pactaron vivir cada uno por su cuenta sin ninguna atención recíproca. Conoce que ella rehizo su vida con el propietario de unas bodegas y poco más. Y es que hace nada menos que veintiséis años de aquella desagradable situación que terminó de una manera “muy civilizada”. Al no existir otra responsabilidad personal, como hijos o familiares directos, se puede permitir este capricho escénico a fin de frenar esos bajones anímicos que, cada vez con más frecuencia, le sobrevienen. Especialmente, cuando llegan las festividades navideñas, fechas que a muchos desestabilizan en sus sentimientos y recuerdos.

El martes de la semana anterior a la Nochebuena se fue a dar un paseo después de comer. Se había presentado un día en el que era grato estar sentado en algún lugar, gozando con la templanza de un sol que reconfortaba las gélidas temperaturas de diciembre. Le seguía dando vueltas al asunto de la fiesta. Había momentos en que se ilusionaba, como un niño, por esta travesura que le podría tener a él como principal protagonista. Pero a esos desvaríos le sobrevenían otros momentos de lucidez y racionalidad. ¿Se iba a gastar un dineral para afrontar una alocada experiencia que sonaba más a espectáculo cinematográfico? Analizó una vez más la situación y en un arranque de responsabilidad marcó de nuevo el número de teléfono de los Multiservicios Happy Life. Contactó con la señorita Miller, que le había atendido la vez anterior, explicándole que renunciaba a su opción en la lista de espera. Tras explicarle sus motivaciones para esta decisión, la amable Betty Miller le indicó que era bastante improbable, dada la proximidad de la fecha, que hubiera podido tener acceso al contrato para la fiesta. Y que le iban a ingresar en su cuenta los cincuenta euros que había abonado como señal de garantía.

Tras agradecer a esta amable profesional la comprensión que mostraba ante sus argumentos, se dirigió, ya en la caída de la tarde, a una parroquia cercana a su domicilio. Esperó a que finalizase el oficio religioso que el párroco estaba celebrando. Cuando el sacerdote entró en la sacristía, hasta allí se dirigió Eloy, rogándole si tenía unos minutos para atenderle. Sacerdote y feligrés, se dirigieron al despacho parroquial donde mantuvieron un interesante diálogo.

“Valoro mucho, D. Fernando, la paciencia que ha mostrado al escucharme. Como sin duda comprenderá, atravieso una etapa un tanto desordenada en lo psicológico, que temo me afecte también en lo orgánico. En resumen, quiero pedirle su ayuda. Si Vd conoce alguna familia o persona individual que se encuentre viviendo la crudeza de la soledad y la necesidad, le rogaría me pusiese en contacto con la misma. Me agradaría invitarla a compartir la Nochebuena,  en esa ya próxima fecha del 24 de diciembre. Lo he estado pensando y creo que es una decisión más racional que esa desafortunada locura que he estado a punto de cometer. Yo me ocuparía de comprar todo lo necesario para que resultara una cena agradable, plena de amistad y solidaridad. Le reitero que aceptaría igual a una familia o a una persona individual. Lo que deseo evitar, por todos los medios, es hundirme en el egoísmo de la soledad, en tan emblemático día”.

Resultó una cena sencilla, agradable, cariñosa e intensamente  fraternal. Nati, una madre soltera, que aún no ha cumplido sus tres décadas en la vida, junto a sus hijos pequeños Raúl y Elena, acompañaron a Eloy en esa Noche en la que todos los humanos formamos parte de una gran familia. No faltaron alimentos muy apetitosos. También, villancicos de toda la vida y hasta un pequeño Belén que hizo sonreír a pequeños y mayores. Mientras, en alguna otra vivienda de esa misma ciudad, había actores que interpretaban. En el piso de Eloy estaban cuatro personas, a modo de una sencilla familia, que sabían compartir el calor del amor y el dinamismo de la caridad. Merry Christmas…. FELIZ NAVIDAD. -



José L. Casado Toro (viernes, 19 diciembre, 2014)
Profesor

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