lunes, 16 de agosto de 2010

LA NECESIDAD DE UN APRENDIZAJE CON RELEVANCIA SIGNIFICATIVA

LA NECESIDAD DE UN APRENDIZAJE
CON RELEVANCIA SIGNIFICATIVA.




Comprendo, no puedo por menos que entender, a muchos de los amables compañeros que, a la llegada de los viernes, prestan su atención a la lectura de estos artículos. Me pongo, con manifiesta empatía, en vuestro lugar y he de compartir esa sonrisa que, sin duda, va a fluir en medio de la incredulidad. En plena canícula agosteña, gozando de la fina y sensual arena de la playa, las lúdicas horas vespertinas para la música, el paseo o esa relajante película que garantiza el visado de la recomendación amistosa. Incluso pensando en esa suculenta y más que afectiva cena fraternal, bajo el guiño blanco / azulado de la luna y con romántica visión a esa histórica plaza, porticada a golpe de recia madera y piedra en la meseta castellana, tiene “bemoles” y no poca osadía que os envíe una reflexión sobre…. el APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO. Y es que a veces nos aparece, de no sabemos dónde, un “pronto” temerario y escudándonos en la distancia electrónica, digitalmente garantizada, nos lanzamos al vacío de lo imposible y nos ponemos a tratar estos temas, “sencillitos” y “atractivos” para la fecha y el delirio. Vayamos a ello, lo antes posible, no sea que aparezca en la racionalidad de la noche la necesidad de cambiar la temática de este escrito dirigido para compartir la fuerza de la amistad y el afecto.

Un año sí, y el otro seguro que igual. Y, también, el siguiente. Comprobamos, a golpe de examen y ejercicios, que mucho de aquello estudiado por los alumnos, continúan sin saberlo. Lo he visto repetidamente en los seis cursos de la Enseñanza (y educación) Primaria. También, en la Secundaria Obligatoria, han sido contenidos puntuales de estudio. Y cuando llega al Bachillerato…. mantienen su DESCONOCIMIENTO. No parece lógico que así suceda, pero es la realidad con que los Profesores nos encontramos cuando corregimos las pruebas escritas o cuando practicamos ejercicios de participación colectiva en el aula de clase. Cada una de las materias disciplinarias o curriculares tiene en su haber temas y contenidos concretos que se resisten, con tenaz rebeldía, al aprendizaje de los más jóvenes. Por razones obvias de especialidad, voy a comentar algunas cuestiones relativas al entorno de las Ciencias Sociales.

En este mi último año como docente en activo, he trabajado con alumnos de 3º de la ESO y de 2º de Bachillerato. 14-15 años, los matriculados en la Secundaria Obligatoria, y 17-18 años aquellos que cursaban el curso previo a la Universidad o a los ciclos formativos superiores. En ambos casos, he explicado la materia de GEOGRAFÍA. En cada uno de los exámenes correspondientes a las distintas evaluaciones, les he facilitado una cartografía “muda” a fin de que fuera completada durante el ejercicio. El mapa provincial y autonómico de España ha sido, entre otros, uno de los que más se han repetido en estas pruebas parciales. Los errores, en los dos ciclos educativos, han sido numerosos y destacados. No me refiero especialmente al territorio de Andalucía (aunque también alguna provincia “ha cambiado” de ubicación) Los errores más graves han estado en el resto de Comunidades Autónomas. Y aquí viene la pregunta: ¿cuántas veces un alumno con 14-17 años ha trabajado el mapa de la Geografía política de España? Sin duda, en numerosas ocasiones. Y muchos continúan sin saber ubicar el nombre provincial concreto en su correcto lugar. A pesar de habérseles facilitado algún pequeño truco nemotécnico o de “memoria visual”. No me cabe la menor duda que mis compañeros, y yo mismo, hemos incidido en los cursos previos sobre este más que elemental conocimiento. Y lo mismo que estamos diciendo de la Geografía política de España, podemos trasladarlo a los países europeos, América, Asia o África, con sus capitales respectivas. ¿Cuántas veces hemos explicado, sobre el mapa mural correspondiente, la estructura del relieve español o la hidrografía peninsular, con sus ríos y principales afluentes? Los errores de localización y ubicación toponímica continúan siendo exageradamente destacables en aquellos que han sido y son nuestros alumnos.

En el ámbito de la HISTORIA, también hay datos y elementos básicos que continúan sin ser integrados de una manera correcta. La división y clasificación de la Historia, según criterios temporales, espaciales o de objeto de estudio; el siglo (con números romanos) al que pertenece un año concreto de nuestro pasado; el listado de los Jefes del Estado de España, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón en tiempos de los Reyes Católicos; acontecimientos destacables, como el inicio de la dinastía borbónica; las fechas de las dos Repúblicas que hemos tenido en nuestro país; el inicio y final de la Guerra Civil o el nombre de los Jefes de Gobierno democráticos, tras la aprobación de la Constitución de 1978; el listado de Constituciones españolas, etc. También en la materia de Historia del ARTE hay cuestiones que, curso a curso, no se consigue tener la suficiente claridad de criterios. Entre los ejemplos a citar como más llamativos, la evolución secular de los distintos estilos artísticos; diferenciar un templo románico o gótico; un vocabulario básico a fin de proceder a la descripción de una pintura o escultura, en sus rasgos más definitorios; etc.

Es evidente que en los tres campos básicos de las CC SS (Historia, Geografía, Arte) los ejemplos que todo Profesor podría citar serían numerosos y relevantes para sustentar esta realidad que padecemos en el aprendizaje: la deficiente integración de elementos conceptuales, estructuralmente necesarios para otros objetivos más ambiciosos de estudio. Y al igual que en esta Área disciplinar, lo mismo ocurre con otras materias curriculares: Matemáticas, Lengua Castellana y Literatura, Física y Química, Ciencias de la Naturaleza, Filosofía, Economía, Filología inglesa y francesa, Latín y Griego, Tecnología, Plástica; Religión, etc. En todas las áreas disciplinares encontramos un amplio listado de contenidos “imposibles” y básicos para su efectiva disponibilidad de recuerdo. Por más que se hayan enseñando y aprendido en ciclos educativos vinculados a las hojas viajeras del calendario.

¿POR QUÉ suele fallar tanto esta integración de conocimientos? Dicen los técnicos de la psicopedagogía que esa frustración docente procede en que no se realiza un adecuado aprendizaje con significatividad. Es decir, los nuevos contenidos de estudio no se “anclan” de manera adecuada con aquéllos otros que ya se poseen. A causa de ello, no adquieren una potencialidad relevante en nuestros almacenes compartimentados de la mente. No ocupan las vitrinas o acomodos adecuadas en los palés cerebrales del conocimiento. Por ello, cuando vamos a echar mano de los mismos, están “perdidos”, desordenados en ese sótano de los trastos acumulados sin sentido. No es posible encontrarlos. Incluso tenemos la sensación de haberlos perdido en esa cadena con eslabones dolorosamente escondidos o ausentes. Volveremos, una y otra vez, a trabajar esos elementos de aprendizaje que a falta de ubicación necesaria tomarán el transparente y desalentador camino del olvido. Se habrá hecho un esfuerzo, otra vez más, con ese pasaporte que lleva escrito, en sus páginas formativas, el destino de la nada. La inutilidad del tiempo aportado será más que manifiesta. Los resultados y datos en este orden frustrante son más que tozudos. Evidentes.

¿QUÉ PODEMOS HACER para mejorar el fracaso en la asimilación de contenidos relevantes, para muchos de nuestros alumnos, en ese taller de la operatividad instrumental? La solución no resulta fácil. Los Profesores se esfuerzan en conseguir buenos resultados pero, una y otra vez observamos como muchos de los contenidos básicos continúan sin ser asimilados. Pero, algo habrá que hacer. Algo habrá que intentar para conseguir un cambio en positivo. Veamos algunas posibilidades sobre las que se puede incidir en ese avance tan necesario sobre el error.


1. El degradado valor de la memoria.

En puntuales momentos de los cambios educativos, aquellos de las siglas “providenciales” para la decepción, hubo elementos que fueron condenados a una ubicación marginal y periférica, entre las herramientas del aprendizaje. La memorización fue descalificada ante otros utillajes para el progreso formativo. En modo alguno ha de pretenderse elevar la facultad mental de la memoria al Olimpo milagrero de las utilidades escolares. Pero fue un lamentable error su degradación ante otras panaceas vanguardistas. Desacierto que muchas generaciones de alumnos continúan pagando con un lastre de conocimientos e incultura más que manifiesto. Hay que memorizar las provincias. Hay que memorizar la hidrografía. Hay que memorizar determinadas fórmulas científicas. Hay que memorizar listados de .…. Después pasaremos a la jugosa fase analítica, racionalista e interpretativa. Pero no se puede abandonar la virtualidad de esta facultad que está en nuestra mente para ser utilizada. Sí, para ser optimizada en su rendimiento. Se deben practicar ejercicios de potenciación de la memoria.


2. Con interés se fijan mejor las ideas y los datos.

Si nuestros alumnos incrementaran, aunque “sólo fuese un punto” este factor tan imprescindible en el aprendizaje, la fijación de conocimientos se haría más efectiva. Mucho más efectiva. Cuando algo nos interesa, el recuerdo se hace más permanente y relevante. El desinterés facilita, obviamente, el olvido. Habrá que habilitar y proponer recursos de motivación para este fin. El profesor conoce, con el trato diario, a los que son sus alumnos. Hay grupos diferentes. Hay alumnos diferentes. Es obvio. También, los momentos y las oportunidades no siempre serán las mismas. Lo que hoy resulta operativo para esta motivación, mañana puede resultarnos ineficaz. La prensa; Internet; los MAVS; los puntos positivos; el diálogo personal; la utilidad cotidiana; la dosificación del elogio; el equilibrio en la corrección; la virtud del ejemplo; la sinceridad explicativa; la mirada y la gesticulación; etc. Los instrumentos para potenciar el interés son amplios, versátiles y adaptables a las circunstancias de cada tiempo y lugar.


3. Relacionar y entretejer conocimientos.

Este recurso se define con muy escasas, pero importantes, palabras: vincular lo nuevo que se aprende con lo que ya se conoce y recuerda. De esta forma, tanto los conocimientos recién llegados, como aquellos otros que ya ocupan plaza en las neuronas de nuestra mente, se hermanarán psicológicamente con el noble objetivo de su mejor fijación y disposición para el recuerdo. Por ejemplo y siguiendo con el modelo geográfico. Olivos, Mezquita, Giralda, Doñana, Constitución de 1812, Picasso, Al Hambra, Cabo de Gata…. ¿qué nos recuerdan? Desde luego hay que admitir que estos conceptos y topónimos podrían fácilmente sustituirse por otros de similar o superior relevancia. Igual hacemos cuando trazamos una línea norte sur que vuelve a formar la cima de una montaña descendiendo hacia el Sur oeste. León, Zamora, Salamanca // Valladolid, Palencia, Burgos // Soria, Segovia y Ávila. No se te olvidarán las nueve provincias de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, ubicándolas correctamente sobre el plano cartográfico. Tratado de Tordesillas: ¿qué es un Tratado diplomático? ¿En qué siglo tuvo lugar su firma? ¿Cuáles fueron los Estados que lo acordaron? ¿En qué consistió su contenido? ¿Sirvió para algo? ¿Dónde está Tordesillas? Es un elemental recurso que nos ayuda a comprender los mecanismos que anclan los conocimientos en nuestra memoria.


4. La operatividad de las clases magistrales.

Continúan siendo necesarias, frente a detractores y profesos de las comunas asamblearias docentes. Un buen Profesor debe dinamizar la búsqueda del aprendizaje en sus alumnos. Pero ha de implementar, con el racional equilibrio de la moderación, sus conocimientos, sus experiencias, sus habilidades, en aquellos que, por su edad, se hallan en plena fase juvenil de su formación reglada. También se aprende ante una buena clase de exposición magistral. Por supuesto. Y en este ámbito, voy escribiendo en la pizarra los nombres de aquellos reyes y presidentes de las dos repúblicas que España ha tenido desde los Reyes Católicos. Y cuando anote Felipe IV (1621-65) en el verde del encerado, hablaré brevemente de un genio del lienzo pictórico llamado Velázquez. Y cuando aparezca el nombre de Amadeo de Saboya (1871-73) aludiré a este territorio italiano cuya monarquía posibilitó la unidad estatal de la nación italiana. Y con el general Francisco Franco (1939-75) tendremos que diferenciar, con puntual brevedad la diferencia entre un sistema político democrático y una dictadura. Los alumnos no sólo asumirán los conocimientos que atesora su Profe sino, y mucho más importante, lo que ellos pueden llegar a saber a poco que apliquen un poco de esfuerzo y concentración.


5. Practicar la repetición.

Una gota de agua, en continuo, llegar a provocar una hendidura o depresión pétrea en la roca. Pues también puede actuar así la reiteración de conceptos en las neuronas y epidermis de nuestro cerebro. Repetir y repetir, para mejor fijar y evitar el olvido. Es como si le diéramos una capa nueva de pintura a un paramento ya desbrozado o descarnado por el frío, el viento y la hostilidad de los componentes atmosféricos. ¿Os acordáis de la tabla de multiplicar? No existían las versátiles y dinámicas calculadoras que todo, o casi todo, lo pueden, en el terreno de la aritmética. Y no tenías ya que hacer especial esfuerzo para saber el resultado de multiplicar ocho por nueve. Ese cálculo mental no sólo era útil para evitar ese matrimonio de conveniencia de la calculadora sino que, al practicarlo, estabas adiestrando la “musculatura” de tu capacidad y potencialidad memorística. De eso se trataba, fundamentalmente. Hay que evitar la atrofia de aquellos elementos corporales y mentales que conforma nuestra persona. La mente, la memoria, ha de ser entrenada. En caso contrario, acumulará gotas de letargo y gramos opacos para la necedad.


Podríamos continuar hablando de este tema tan refrescante a fin de rentabilizar hídricamente nuestro esfuerzo docente y formativo. Pero he de entender que estamos…. en pleno mes de agosto. Playas, excursiones, estaciones de ferrocarriles y pistas de aterrizaje, parques temáticos y luces de neón con acústicas multicolores de feria y fiestas marianas. Ocio y relax. Y yo aquí “comentando” acerca de la significatividad del aprendizaje. Bueno ¿y por qué no? Es un buen momento para reflexionar, en este trocito de amnistía vacacional, acerca de por qué nuestros escolares siguen fallando con el mapa administrativo de su país; por qué sienten la crudeza de la orfandad sin la ayuda de la “maquinita” para los cálculos numéricos; por qué siguen sin saber, en la más profunda pubertad, aquello que llevan aprendiendo desde los tres o cuatro años de su edad. Y así un largo listado de conocimientos fallidos. Habrá que buscar soluciones ¿verdad? Mañana, ahora, siempre… ellos y nosotros, sin duda, lo agradeceremos.-



José L. Casado Toro (viernes 13 agosto 2010)
IES. Ntra. Sra. de la Victoria. Málaga. Dpto. CC SS Historia

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